Desde el DAAM se ha procedido de manera inmediata al arrancado y la destrucción inmediata de los árboles afectados y los de su entorno, así como el establecimiento de las correspondientes zonas de seguridad de un kilómetro de radio.
El departamento recuerda que Cataluña cuenta con unas 23.000 hectáreas que plantaciones de pera, manzana y membrillo, muy susceptibles al fuego bacteriano.
Cataluña tuvo foco de fuego bacteriano los años 1998 y 1999 en Corbins y Torre-serona; posteriormente en la Cerdaña (colindante en Francia), y en 2007 en la zona frutícola de Girona.
Todos estos focos fueron totalmente erradicados, por lo cual Cataluña mantiene la catalogación de Zona Protegida del Fuego Bacteriano.
La Generalitat de Cataluña, pese a la detección de este foco, apuesta por su erradicación, para mantener libre su territorio de esta enfermedad de los árboles frutales de semilla que provoca la muerte en un corto periodo de tiempo, se propaga con facilidad y para la que no existe tratamiento químico curativo.
Es básica la detección precoz y la colaboración de los agricultores
El departamento recuerda que para evitar la introducción y la propagación del fuego bacteriano es básica la detección precoz de los focos y el arranque y la quema inmediata de las plantas afectadas.
Por ello, recuerda a todos los agricultores, especialmente a los de la zona frutícola de Lleida, la necesidad de vigilar intensivamente sus plantaciones para detectar posibles focos iniciales.
Hay que tener en cuenta, según el DAAM, que la meteorología de estas últimas semanas ha sido muy propicia para la propagación de esta bacteria, y que es necesario extremar las precauciones a la hora de hacer trabajos de poda, para evitar la propagación involuntaria de la enfermedad.