El secretario general de la Federación Empresarial de Carnes e Industrias Cárnicas (Fecic), Josep Collado, ve «una pena» que el ministro de Consumo, Alberto Garzón, «vaya por nuestros mercados exteriores deplorando la calidad de la carne que exportamos y poniendo en entredicho el bienestar animal» y advierte de que se ha polarizado el debate y que «el intensivo no es sinónimo de macrogranja».

En una entrevista con Efeagro, Collado hace esta reflexión semanas después de la polémica suscitada por el ministro tras la entrevista al diario británico The Guardian en la que criticó las «macrogranjas», la calidad de la carne de los animales que se crían en ellas y puso en duda el bienestar del ganado en esas instalaciones.

Para Collado, se trata de unas declaraciones «muy desafortunadas» que, «lo único que pueden hacer», es «perjudicar» al comercio exterior «y a la imagen de España».

Reino Unido es el primer mercado exterior en compra de chorizo español y «ahora habrá que ver si (las declaraciones del ministro) tienen alguna repercusión o no».

Según Collado, los responsables de indicar la calidad de la carne deben ser los centros tecnológicos existentes en España pero no un ministro que «puede tener un planteamiento bastante subjetivo».

Sobre el debate en torno a los modelos de ganadería, ha señalado que el extensivo «está muy bien» pero «sólo» se puede desarrollar en zonas con suficientes pastos y ha defendido la ganadería intensiva como un modelo necesario «si queremos alimentar a millones de personas y a una población» creciente.

«EL INTENSIVO NO ES SINÓNIMO DE MACROGRANJA»

De todas formas, cree que se ha polarizado entre «macrogranjas o extensivo» pero «hay un mundo» de tipologías de explotaciones entre ambos modelos, el intensivo no es sinónimo de «macrogranja».

Durante la entrevista, lamenta que Garzón incluso hablase de «maltrato animal» en dichas macrogranjas sin tener en cuenta «todas las empresas que están certificadas con pliegos de condiciones de Aenor en materia de bienestar animal».

En todo caso, valora el esfuerzo del sector ganadero-cárnico para avanzar en bienestar animal y sostenibilidad medioambiental.

Por otro lado, respecto a la crisis de suministros y precios a nivel mundial, que también afecta a la industria cárnica, señala que el escenario es «complejo» porque lo que en un principio «parecía que era debido a una rotura» de stock derivado de las consecuencias de la pandemia, ahora «se ve que tampoco es así» y que, por ejemplo, «la inflación se alarga en el tiempo».

Es un contexto en el que los costes a transferir «son muy altos» de modo que «hay una parte» de los mismos que no se trasladan al precio final y los están «absorbiendo» las empresas.

En el caso de la industria cárnica, los costes de producción han subido una media del «15-20 %» debido a la carestía de la factura energética, las materias auxiliares o la aplicación de convenios colectivos.

CONVENIO Y PAZ SOCIAL

Precisamente, la patronal y los sindicatos alcanzaron recientemente un acuerdo para aplicar el nuevo convenio colectivo a la industria cárnica, tras una negociación en la que incluso los representantes sindicales amenazaron con ir a la huelga.

Al final, se ha pactado un convenio «caro», según Collado, que supondrá un «esfuerzo» para la industria porque recoge cuestiones como subidas salariales al «3 %», cuando «la media en la revisión de los convenios es del 1,5 %».

Bajo su punto de vista, el «problema» es que estos convenios se negocian «mirando hacia atrás», es decir, en base a las condiciones de los mercados y de la economía de años previos.

A pesar de ello, es partidario de «salvaguardar la paz social» como un «activo valioso».

COMERCIO EXTERIOR

En cuanto al comercio exterior, hace un llamamiento a las interprofesionales del sector ganadero-cárnico para que potencien la promoción internacional para asentar nuevos mercados en el sudeste asiático, más allá de China que está reduciendo sus compras, principalmente de cerdo.

También es partidario de ir a «buscar países emergentes» en África, especialmente en aquellos no musulmanes como Angola o la República Democrática del Congo que pueden ser clientes para el sector del porcino.

La industria cárnica española está pendiente igualmente de la evolución de la Peste Porcina Africana en Europa por el impacto comercial que su llegada tiene en el país en el que se detecta.

Uno de los últimos focos se ha declarado en el norte de Italia y eso preocupa a Collado porque muestra la progresión «imparable» de la enfermedad desde que rebrotó en Rusia.

Es un avance «implacable» que «continuará», por eso pide al Gobierno que potencie planes de contingencia y extreme la bioseguridad, especialmente en el transporte de animales vivos que llegan a España desde otras zonas del continente.

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