Estos condicionantes han provocado una reducción de la cosecha de aceituna en los olivares de Castilla-La Mancha entre un 70 y 80 por ciento e incluso algo mayor según zonas y comarcas.
A esta situación se une una mayor incidencia de ataque de plagas, entre ellas la mosca del olivo, que han ocasionado una menor producción por la caída de fruto y una mala calidad del aceite por la mayor cantidad de aceituna picada.
Este escenario ha supuesto que en muchos olivares la cosecha no sea recogida o que la cosechada no se pueda comercializar como ecológica, al ser rechaza por las almazaras por falta de calidad suficiente de la aceituna.
La orden ha enrrado en vigor nada más publicarse "para atender lo antes posible el escenario descrito".
(Foto: Archivo ecosectores.com)