EFE.- Según un comunicado de Asaja-Sevilla, el encuentro, organizado por esta organización agraria y que finalizó el pasado viernes en la capital andaluza, ha apostado por reforzar la Política Agraria Común (PAC).
Añade que la PAC garantiza alimentos sanos y de calidad a precios razonables, contribuye a conservar el medio ambiente y la biodiversidad, combate el cambio climático y mantiene el empleo en las áreas rurales.
Así, en la declaración final de la Conferencia Europea de Agricultores de Sevilla se destaca, entre otros, que la nueva PAC «debería ponerse al servicio de aquellos que son verdaderamente agricultores y ganaderos».
Por ello, debe proporcionar instrumentos para mejorar su competitividad y valorizar la contribución de la PAC al medio ambiente y la sostenibilidad.
Señala que «en un mundo globalizado la política comercial debe ser coherente con la PAC y el modelo agrícola vigente en la Unión Europea» y recuerda que la UE cuenta con una balanza comercial agrícola positiva de cerca de 12.600 millones de euros, pero el «comercio no puede ser un fin en sí mismo».
Advierte que los acuerdos comerciales que está negociando la UE en la actualidad (EEUU, Japón, Canadá, países del Sur del Mediterráneo) «no pueden contribuir a consolidar fuera de nuestras fronteras aquello que no permitimos en nuestro territorio».
En el texto se recalca que «las explotaciones de la UE necesitan de la innovación y las nuevas tecnologías para poder modernizarse, optimizar el uso de los recursos naturales y mejorar la productividad».
Por ello, la nueva Asociación Europea para la Innovación «debe centrarse en las necesidades reales de la actividad agraria, apoyar las iniciativas de los agricultores y ganaderos y aumentar la competitividad de nuestras explotaciones».
Para que haya un precio más justo para los productos agrarios, el documento propone «un sistema que vaya más allá de los códigos voluntarios de buenas prácticas y se base en una legislación europea y unos mecanismos de aplicación apropiados», que prohíba «prácticas desleales y abusivas».
Por otro lado, los cambios de la sociedad hacen que «hoy, más que nunca, los agricultores y ganaderos europeos desean reforzar su relación con los consumidores para que se valorice la actividad agraria y su aportación económica, social y ambiental».
Concluye que «la alimentación de nuestros ciudadanos no es una cuestión banal. Todos tenemos nuestra responsabilidad y el sector agrario de la UE está dispuesto con esfuerzo, profesionalidad y trabajo a responder al reto».