EFE.- El plan supondrá el secado de unas 7.000 hectáreas y la inundación de dos zonas enteras de la izquierda del Delta además de la limpieza de una red de 350 kilómetros de canales, como primera fase del plan de reducción del caracol manzana en el territorio, que continuará en los próximos años.

   El objetivo es ir liberando áreas concretas de la presencia del caracol manzana, para lo que se necesitará la cooperación de todos los regantes, sobre todo en cuanto a los canales de distribución de agua, que son las vías por las que se extiende esta plaga.

   El director general de Desarrollo Rural y coordinador de la Estrategia de lucha contra el caracol manzana, Jordi Sala, acompañado del director de los servicios territoriales de Agricultura, Pere Vidal, y los presidentes de las Comunidades de Regantes de los Márgenes derecho e izquierdo del delta del Ebro, Manuel Maciá y José Pedro Castells, han dado el pistoletazo de salida a la campaña.

   Con anterioridad a esta acción, un equipo compuesto por personal aportado por las Comunidades de Regantes, el Departamento de Agricultura, voluntarios de Seo/Birdlife y técnicos del parque natural rastrearon la semana pasada más de 8 kilómetros de canales del margen derecho del Ebro para detectar especies protegidas que podrían quedar afectadas por esta medida.

   Así, se localizaron y trasladaron a zonas seguras y óptimas para su preservación más de 5.000 náyades y más de 2.000 caracoles endémicos de la zona.

   La superficie a inundar con agua de mar la temporada que viene es previsible que aumente, ya que finalmente la Generalitat ha conseguido el compromiso de la Unión Europea para contribuir económicamente a la lucha contra la plaga del caracol manzana y a partir del próximo año aportará 1,6 millones de euros.

   Los recursos deben servir para ampliar la superficie inundada con agua salada -incluyendo medidas contra la corrosión- y poder aspirar a controlar la plaga en los próximos años.

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