Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos, ante la puesta en marcha de la precampaña por parte de todos los partidos políticos, quiere llamar la atención sobre el peso del medio rural como electorado, que en muchas ocasiones peste voto rural puede ser decisivo y acabar por decantar hacia dónde se inclinan las mayorías.
Unión de Uniones, quien ya ha hecho hincapié en que el medio rural ocupa el 80% del territorio estatal, quiere recordar también que hay casi 7.400 pueblos rurales, en donde viven más de 9,5 millones de ciudadanos y que suponen más del 20 % de los votos. Esto hace del voto rural, dentro de su pluralidad, imprescindible en las urnas, todavía más ahora con el actual fraccionamiento político.
“Se equivocan tanto los que piensan que el medio rural es solo caza y toros y los que piensan que atacar ciertas tradiciones no tiene un coste»
La organización quiere que los partidos lleven en sus programas propuestas que ayuden a cambiar el modelo social existente, que acentúa cada vez más el desequilibrio entre los ciudadanos urbanos y rurales. “Se equivocan tanto los que piensan que el medio rural es solo caza y toros, como los que piensan que atacar ciertas tradiciones no tiene un coste en el voto rural. Nuestras demandas como ciudadanos van mucho más allá”.
En este sentido, Unión de Uniones señala la incongruencia de grandes núcleos masificados, con alquileres imposibles de pagar, contaminación, colapsos circulatorios y generadoras de montañas de residuos, frente a grandes áreas de despoblación por la ausencia de expectativas personales y profesionales y las deficiencias de infraestructuras en servicios básicos y esenciales.
Según datos de la ONU, la concentración en las ciudades tiene previsto aumentar en los próximos años su porcentaje hasta superar el 65%. Unión de Uniones cree que es ahora cuando se puede atajar este desequilibrio, empleando recursos para dotar adecuadamente a los municipios rurales, superar la brecha digital y planificar cómo dinamizar las actividades que generan riqueza y desarrollo, tanto en el ámbito agrario, como en el turismo, la industria y los servicios.
“Últimamente parece que la despoblación se ha colado en la agenda política”, señalan desde Unión de Uniones. “Pero no es suficiente debatir. Para frenar la despoblación y disminuir la brecha que nos separa a los habitantes de los pueblos de quienes viven en las capitales; hay que diseñar, ordenar en el tiempo y poner en marcha con fondos suficientes medidas concretas y precisas”, afirman.
El envejecimiento y la despoblación van de la mano
La organización subraya también que, mientras que en los pueblos por debajo de 2.000 habitantes solo un 11% son jóvenes, en las poblaciones de más de 10.000 la tasa está en más del 16%. Y cuanto más pequeños, más se acentúa esta diferencia.
Lo contrario sucede con la población por encima de 65 años, que suponen más del 28% en los municipios menores y solo el 18 % en los mayores. Por ello Unión de Uniones considera una necesidad fundamental para toda la sociedad apostar por que los jóvenes encuentren oportunidades en el medio rural.
“Creemos que esto tiene que cambiar porque el modelo no funciona. Es la pescadilla que se muerde la cola. Hay que reaccionar, si no, los pueblos terminarán muriendo. A la vez que se generaran mayores bolsas de pobreza y muchos ciudadanos no se podrá vivir en las ciudades ni pagar el coste de la vivienda.”
Igualmente, la organización hace un llamamiento a los ciudadanos del medio rural para que, llegado el momento de hacer efectivo ese voto rural, se informen bien de lo que los partidos llevan en sus programas respecto a los temas que tienen que ver con el desarrollo rural y la puesta en marcha de medidas precisas que eviten el abandono de los pueblos.
Hay un tema que indirectamente influye en el despoblamiento rural, y es las segundas viviendas de los» capitalinos» que nacimos en estos nuestros pueblos de origen y es la persecución impositiva que sufrimos por parte de la hacienda estatal o municipal, como bien digo son segundas viviendas que se ven ocupadas esporádicamente durante el año pero producimos gasto en nuestros pueblos, en alimentación, impuestos servicios y convivencia con nuestro temporales vecinos, que residen permanentemente. Otro maltrato que sufrimos es las subidas de la tarifa eléctrica, en concreto la tarifa nocturna y u largo etcétera, para que nuestro hijos y nietos no quieran saber nada de estas residencias que las consideran un capricho costoso.