EFE.- Un ejemplo es la Hacienda Venecia, ubicada en el departamento de Caldas, una de las regiones que conforman el llamado Eje Cafetero.

En este terreno desde hace más de 50 años se produce café, pero ante las vicisitudes sus propietarios optaron «por conectar la finca con el mundo y al mundo con la finca dándole la bienvenida a los viajeros conocidos como backpackers o mochileros», afirmó a Colombia.inn, agencia operada por Efe, su gerente, Juan Pablo Echeverri.

Aunque la producción cafetera aumentó un 41 % el año pasado en Colombia hasta los 10,9 millones de sacos de 60 kilos, una vez superados otros inconvenientes como plagas y fenómenos atmosféricos, la fluctuación del valor del grano llevó a los cafeteros a pensar en nuevas formas de garantizar los ingresos.

«Para sobrevivir a los tiempos difíciles hace cinco años entendimos que era necesario innovar y ser agresivos con el mercado, por lo que empezamos a recibir a turistas que quisieran conocer el proceso del café y que iban por diferentes naciones buscando vivencias auténticas», explicó Echeverri.

Así, en 2013 la Hacienda Venecia, la cuarta en el mundo y la primera en Colombia que ha obtenido la certificación internacional UTZ, que establece el uso de buenas prácticas agrícolas en los cultivos, logró atraer a 5.000 visitantes, el 98 % de los cuales fueron extranjeros, y crecer un 30 %.

Estadounidenses, canadienses, holandeses, alemanes, británicos y suizos conforman el grueso de quienes han arribado a tierras caldenses en busca de la magia del paisaje cultural cafetero, declarado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.

En esta región, «los extranjeros se encuentran con un clima fantástico, que oscila entre los 15 y 27 grados; se impactan al sentirse embebidos por el verde de las montañas y se sorprenden al aprender cómo se elabora el mejor café del mundo», apuntó el gerente.

De lo anterior se desprende el hecho de que 800 de los visitantes optaron por hospedarse en 2013 en la hacienda, que cuenta con dos casas típicas, unas 81 especies de árboles y 116 de aves.

Para disfrutar de ese entorno natural se organiza un recorrido que dura aproximadamente tres horas en el que los turistas ahondan en la historia del cultivo y los tipos de café, observan el proceso de tostión y preparación, caminan a través de las plantaciones y visitan el lugar en el que se lava, seca y empaca el producto.

Este 2014 se presenta como otro año de crecimiento ya que, manifestó Echeverri, se le va a «poner energía a lo que creemos que nos puede llevar a un fortalecimiento y a hacer las inversiones necesarias para llegar a economías de escala más atractivas pero sin dejar de ser cafeteros».

«La innovación hace parte de nuestra visión», agregó, al explicar que doce empleados de Hacienda Venecia se dedican a tiempo completo a atender a los turistas.

La apuesta innovadora se hizo hace 12 años con el proceso de certificación UTZ, siguió con la incursión en los cafés tostados que hoy venden a hoteles y restaurantes colombianos y después con el agroturismo o turismo rural.

Convertir la hacienda en un centro de recepción de turistas de todo el mundo, a juicio de Echeverri, «ha resultado ser un conector fantástico porque llega gente de todas partes con todo tipo de gustos por el café y eso nos inspira a ofrecer cosas diferentes cada día».

Al final de la visita a la Hacienda Venecia la idea es que, en palabras de Juan Pablo Echeverri, «el turista valore el esfuerzo que hay detrás de una taza de café y que cuando se tome una en su casa, en la oficina o en la calle haya un despertar de la memoria de lo que vivió en Colombia y le encuentren más sentido y placer a la bebida».

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