Si a finales de año la cebada vivió su momento de gloria y arrastró tras de sí al resto de variedades cerealistas en una espiral de subidas, parece que en este arranque del mes es el trigo duro el que mejor está viviendo de las altas cotizaciones, aunque a diferencia de la cebada no logra arrastrar tras de sí al resto de variedades.
Así, el precio medio del trigo duro en los mercados mayoristas continúa su tendencia alcista y se fijó en 215,5 euros/tonelada durante la quinta semana del año, lo que supone un repunte del 0,7% respecto a su valor en la semana anterior (213,83 €/t) y del 5,38 % respecto a comienzos de 2019.
Sin embargo, estas subida no consigue arrastrar al resto de cotizaciones, ya que según los datos de la Asociación de Comercio de Cereales y Oleaginosas de España (Accoe), entre el 4 y el 11 de febrero bajaron las cotizaciones respecto a la semana anterior de trigo blando (-0,17 %) , maíz (-0,02 %), cebada malta (-0,41 %) y cebada, que se apuntó la mayor caída, del 0,95 % en su precio, hasta los 189,97 euros por tonelada.
Las variaciones porcentuales de los precios respecto a los registrados al inicio de 2019 han sido positivas no solo para el trigo duro, si no también para el trigo blando (0,70 %) y maíz (1,79 %); el de la cebada, sin embargo, ha retrocedido desde primeros de año (-1,30 %).
Pese a estos buenos resutados, cabe recordar que el sector cerealista de trigo duro ya había dado la voz de alarma el psado año, especialmente por los bajos precios, que hacían inviable su cultivo, lo que estaba provocando que los agricultores dejasen de sembrar y apostaran por otros cultivos, como los proteicos o el trigo blando. Según sus datos, actualmente los costes de cada hectárea de trigo duro se sitúa en unos 650 euros, mientras que los pagos por tonelada apenas superaban el pasado año elos 200 euros (por los 215,5 de esta pasada semana), mientras que para ser rentable harían falta unos pagos sobre los 420-450 euros por tonelada.