EFE.- Esa es la impresión en la que coinciden muchos de los alcaldes de los ayuntamientos afectados por este nuevo azote del mar que se ceba con una costa que, en muchos puntos, estaba ahora más indefensa, porque el temporal del pasado 2 de febrero ya dañó algunos elementos de protección.

La primera valoración de los daños que han hecho este martes los técnicos de la Demarcación de Costas, con datos aportados también desde los municipios y el departamento de Protección Civil del Gobierno regional, apunta que los efectos del temporal no han alcanzado en esta ocasión la «magnitud» de febrero, según ha comentado a Efe el delegado del Gobierno en Cantabria, Samuel Ruiz.

Pero las olas han vuelto a golpear sobre los mismos puntos y esto ha hecho que, en algunos casos, se hayan agravado daños anteriores, tal como ha agregado la consejera de Presidencia y Justicia, Leticia Díaz.

En Santander las olas han vuelto a adentrarse por el paseo marítimo de la Segunda Playa del Sardinero anegando a su paso los locales hosteleros que se ubican en esta zona, que ya sufrieron importantes daños hace ahora un mes.

Además, se han vuelto a hundir algunos tramos de paseo y las olas y el viento han arrancado algunas barandillas y elementos de mobiliario urbano, aunque menos que la otra vez.

Al otro lado de la bahía, la falta de protección natural, por la pérdida de arena en el temporal anterior, ha permitido que las olas provoquen nuevos destrozos en la urbanización ‘El Delfín’, en Somo (Ribamontán al Mar), donde ha habido que desalojar a los vecinos que aún permanecían en las viviendas, que se han quedado sin terrazas.

Otros de los perjudicados son negocios de hostelería y comercios situados cerca de las playas cántabras, que han visto aumentados los daños o, incluso, han sufrido destrozos en lo que ya estaba arreglado.

En Laredo, las medidas de contención y la instalación de sacos de arena han evitado un mayor avance del agua que, pese a ello, ha llegado a algunas zonas del paseo marítimo provocando inundaciones en la sede de Cruz Roja y el área cercana al hotel Playamar.

Las olas han seguido castigando también el cordón dunar y en la zona del Puntal el agua ha anegado toda la explanada, arrastrando a su paso piedras y arena y afectando de nuevo a los restaurantes ubicados allí.

Unos kilómetros más allá, en Castro Urdiales, el agua se ha desbordado en las zonas más próximas al frente marítimo, pero no ha inundado bajos ni edificios, y los daños en mobiliario urbano son menores que en febrero.

Donde sí se ha sentido el temporal con más intensidad esta vez ha sido en Arnuero, porque al oleaje y el viento se han sumado tormentas con granizo.

La conjunción de todos estos fenómenos adversos ha hecho que se levante parte de la carretera que se estaba reparando en la playa de La Arena por los daños del temporal anterior, y que hayan quedado anegados unos baños adaptados y varios establecimientos privados. Además, las olas han vuelto a romper los cristales en el molino de mareas de Santa Olaja.

Otros municipios en los que el temporal ha afectado a playas y dunas o ha anegado calles próximas al litoral han sido Santoña, Comillas, Noja (donde el agua ha entrado al polideportivo municipal), Alfoz de Lloredo, Miengo o Suances.

En este último municipio lo más dañado ha sido el paseo de La Concha, donde el agua ha derribado parte de los muros. También se han registrado daños en la rampa de acceso a la playa de Tagle, en la playa de Los Locos y algunas zonas del puerto pesquero, pero no de importancia.

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