Este realizaba maniobras sospechosas, cambiando bruscamente de dirección y se veía cómo las luces procedían de un sembrado de cereal.
Al pensar que pudieran ser acciones cinegéticas prohibidas, la patrulla se trasladó al lugar, donde interceptó un vehículo e identificó a sus dos ocupantes y comprobó como alrededor del turismo se encontraban tres galgos, adultos y sin bozal, que campaban libremente siguiendo al coche.
Allí mismo verificaron cómo en el sembrado se encontraban numerosas rodadas del vehículo y, aunque no fueron encontradas piezas de caza, se levantaron actas denuncia por las infracciones observadas.
Este tipo de prácticas cinegéticas ilegales no discrimina la caza, ya que van dirigidas tanto a especies de caza menor como de mayor.