Esta preocupación, señalan, deriva "no sólo del daño" al sector vacuno europeo "-por un importe creciente de los volúmenes importados-", sino también por "la imposibilidad" de estas importaciones "de cumplir los estándares europeos de producción sobre salud pública, sanidad y bienestar animal, así como los medioambientales".

    Los firmantes han justificado la carta al considerar "totalmente inaceptable" para los consumidores y productores europeos que la UE "permita importaciones de carne de vacuno de países terceros donde se incumplan idénticos estándares".

La trazabilidad de terceros países no se parecen en nada a las de la UE


    Según han destacado, los productores europeos están "muy orgullosos" del sistema de trazabilidad y del marco regulatorio "estricto y controlado" al que están sujetos, pero "sin embargo, no se aplican a la carne de vacuno procedente de países terceros".

    "En ausencia" de un "sistema estricto y eficaz" de trazabilidad, los controles y estándares a la producción de terceros países "son totalmente ineficaces", han añadido.

    En la carta, también subrayan su intranquilidad por la "elevada falta de transparencia" que a su juicio se ha producido en los requisitos de producción y métodos de control exigidos en los procesos negociadores seguidos por la Comisión con Canadá "y que están actualmente extendiéndose a las negociaciones americanas y con Mercosur".

    Han indicado que los sistemas productivos canadiense, americano y del Mercosur "han adoptado y dependen" de prácticas de producción que están prohibidas en Europa, como la inclusión de "varios cócteles hormonales" en el vacuno.

    En su opinión, "en caso de no poner freno a este crítico asunto en las negociaciones comerciales, la Comisión Europea está exponiendo a los consumidores europeos a un riesgo inaceptable" y a los productores "en una clara desventaja competitiva que impide alcanzar un resultado justo y equilibrado".

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