El sector oleícola español ha presentado este lunes un nuevo certificado de calidad que de forma autorregulada busca aumentar el nivel de exigencia que marca la ley en los procesos productivos y en las cualidades del aceite de oliva, con el objetivo de garantizar su excelencia en los mercados.
El anuncio de este nuevo certificado ha tenido lugar este lunes en un evento en Madrid en el que han participado diferentes agentes del sector, privados y públicos, para hablar sobre la nueva norma de calidad y trazabilidad del aceite de oliva aprobada el año pasado por el Gobierno.
En esta ocasión, se trata de una certificación privada que regulará el propio sector y a la que de forma voluntaria se podrán adherir todos aquellos operadores que quieran plasmar ese sello de calidad en el aceite que producen.
«Esta certificación se sustenta sobre dos pilares: el control de los procesos industriales y el refuerzo de la calidad del producto, de tal forma que sea un sistema robusto que exigimos a las empresas que quieran certificarse», ha explicado a Efeagro el impulsor de la iniciativa, Iñaki Benito, director general de la Fundación Patrimonio Comunal Olivarero.
Aquellos que quieran conseguir esta certificación tendrán que comprometerse, por ejemplo, a dejar abiertas sus instalaciones en todo momento para poder ser sometidos a auditorías independientes, al margen de las que se hagan desde las administraciones.
LOS PARÁMETROS
Para la obtención de esta certificación se aumentan también los parámetros de pureza, de manera que para el aceite de oliva virgen extra se exigirá que el nivel de acidez no sobrepase el 0,4, en vez del 0,8 que marca la normativa de la Unión Europea.
«Todo producto que se comercialice con esta certificación contará con unos estándares de calidad mucho más estrictos que los que marca la normativa (gubernamental)», ha agregado Benito, quien ha destacado también que se contemplan todos los tipos de aceite de oliva y no solo el virgen o virgen extra.
En el desarrollo de la iniciativa del nuevo certificado participan agentes de todo el sector y también representantes del Gobierno central y de las administraciones de Andalucía y Castilla-La Mancha.
Benito ha informado que la iniciativa acabó de definirse a finales del año pasado y que en breve comenzarán a hacerse auditarías piloto para que «en semanas o en pocos meses» se ponga en marcha.
La idea sido abrazada, entre otros, por la empresa aceitera Deoleo y la cooperativa Dcoop, presentes esta jornada en el evento en el que ha sido anunciada, y se espera que tenga una gran adhesión en el sector.
«Creemos que es importante que el sector establezca su propia certificación. Podemos ser el único aceite del mundo con una certificación así», dijo durante el evento el presidente de Dcoop, Antonio Luque.
El presidente de Deoleo, Ignacio Silva, ha aludido a la responsabilidad de las empresas del sector para llevar adelante una «búsqueda activa y continua para ganar en transparencia y dar confianza a los consumidores» y ha dicho que no se imagina que haya empresas que no quieran sumarse a este certificado de calidad.
En el evento para presentar este nuevo certificado ha estado también el director general de Industria Alimentaria del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca (MAPA), José Miguel Herrero, quien ha puesto en valor la ley de calidad aprobada el año pasado para actualizar la normativa anterior, que databa de 1983.
Esta ley ha implementado avances en la trazabilidad del producto y en su calidad, como la exigencia de que las nuevas instalaciones que se pongan en marcha estén separadas cuando se dediquen a procesos diferentes, o la prohibición de elaborar mezclas de aceites de oliva con otras grasas de origen vegetal, entre otras.
Sobre la nueva certificación, Herrero ha dicho que «el sector ha dado un paso adelante proponiendo un sistema de autoregulación más exigente que la norma, que es voluntario y que sirve para dar unos estándares de calidad elevados».
Respecto a la ley vigente desde septiembre de 2021, los presentes agradecieron al Gobierno su aprobación porque se trataba de una norma «necesaria», pero compartieron que no es suficiente y que hay que seguir trabajando para mejorar el producto.
Avanzar en el aspecto físico-químico del producto para exigir parámetros muchos más altos que garanticen aún más calidad, aumentar los controles de trazabilidad, incluir temas de sostenibilidad y abordar una actualización o reformulación de los paneles de cata fueron algunas de los asuntos que han comentado los participantes.
España, con más de 2,75 millones de hectáreas de olivar, es el principal productor y exportador de aceite de oliva del mundo, con ventas a más de 150 países que superan los 2.800 millones de euros anuales.