Germán Santamarina felicitó a Seragro por la “grandísima idea” de crear las Jornadas y le recordó al público que el crecimiento de Seragro fue paralelo al de la Facultad de la que es decano, ya que muchos técnicos veterinarios que hoy asesoran a los ganaderos estudiaron en ella.
Finalmente, Gómez Besteiro resaltó que el hecho de que las Jornadas sumen 11 años “es una muestra de que el sector de la leche está vivo” y animó a los organizadores a que continúen trasladándole sus contenidos al conjunto de la sociedad para que esta pueda valorar la importancia de la producción láctea gallega en el panorama nacional.
Tras la inauguración, el primer ponente en intervenir fue Diego Martínez del Olmo, director del Departamento de Producto de Núter-Feed, quien explicó cómo realizar una correcta monitorización pre y posparto en las granjas con base en nueve indicadores, como la identificación de las enfermedades, la evaluación de la condición corporal de los animales, la reducción de la ingestión de materia seca antes del parto, el cálculo de la ratio de grasa bruta y proteína bruta en el primer control lechero, el diagnóstico precoz de hipocalcemia o la medición de la temperatura rectal posparto.
Para Del Olmo, este tipo de control de la transición, que es un periodo de estrés para las vacas, resulta fundamental para mejorar su eficiencia y su estado metabólico y garantizar una buena fertilidad, lo que se traducirá en una merma del coste de eliminación de ganado por causas involuntarias. De ahí que, además de hablar de monitorización, haya usado el término ‘monetarización’: “Entre poder vender más caro y producir más barato siempre está la intersección de la eficiencia”.
La siguiente charla corrió a cargo de Gabriel Adin, director del Departamento de Ganadería del Ministerio de Agricultura de Israel. La exposición de Adin se centró en el manejo de las vacas de alta producción que hacen en su país y comenzó con el apunte de la media de producción de la vaca israelí: 11.475 litros de leche, con un 3,72% de grasa y un 3,32% de proteína, un recuento de 220.000 células somáticas y una tasa de descarte del 33%.
Citó a continuación, entre las principales acciones a llevar a cabo para obtener una máxima producción lechera, el cuidado de los comederos y de los bebederos (con atención a medidas, colocación, reparto de la comida, abastecimiento de agua, limpieza…); la definición de la estrategia de alimentación, es decir, de la cantidad mínima y excelente de forraje a incluir en la ración, donde él apuesta por las ventajas del sistema unifeed; y, por último, un idóneo manejo del rebaño durante el ordeño, tanto referido a la distribución en grupos en función del número de lactancias como al número recomendable de ordeños.
La máxima producción de leche necesita un máximo consumo de materia seca
Adin le dio importancia a estos puntos porque una de las metas del ganado de leche es optimizar la eficiencia alimentaria: “Para llegar a la máxima producción de leche se necesita un máximo consumo de materia seca”. No obstante, señaló que no hay estándares claros sobre la relación de conversión de kilos de alimento a kilos de leche y que el precio del forraje se incrementó en los últimos años en Israel, lo que llevó a que la alimentación de la cabaña represente el 65% de los gastos.
En las dos últimas conferencias se abordó la podología, otro aspecto que repercute en el rendimiento productivo. El técnico de Seragro Pablo Salgado contó cómo analizarla a través de la recopilación e interpretación de datos estadísticos. Para eso desarrolló los resultados de un estudio efectuado de agosto de 2012 a agosto de 2013 en 50 explotaciones gallegas que están en un programa de recorte funcional de pezuñas.
De este estudio extrajeron dos conclusiones claras: que las granjas con programa de recorte funcional logran una buena salud podal solo si dicho programa va acompañado de buenas instalaciones y de un manejo adecuado, y que tener una mala salud podal significa perder dinero.