Una vez superadas las perturbaciones que la pandemia de covid-19 ocasionaron de la industria española del corcho, el sector el corcho pone su mirada en la reactivación del mercado mundial del vino, del que depende el 95% de sus ventas directas finales en forma de tapones para las botellas.
Así lo han expresado a Efeagro fuentes del Instituto Catalán del Corcho, fundación que maneja datos a escala nacional, y del sector primario, que han dado cuenta de una menor demanda por la ralentización que ha sufrido el mercado vinícola, que en 2023 cayó un 10,4 % en producción y un 4,3 % en consumo en cifras mundiales, según la Organización Internacional del Vino (OIV).
Las empresas españolas que transforman el corcho facturan al año unos 475 millones de euros, una cifra aproximada calculada a partir de la media de los últimos tres años, ya que no todas las compañías tienen actualizados sus datos en el registro mercantil, ha explicado el director del Instituto Catalán del Corcho, Albert Hereu.
Según sus datos, «de toda la facturación, hay ventas de producto acabado, semiacabado y materia prima entre empresas. Lo significativo es que el 95% de las ventas a consumidor final son tapones».
Hereu ha apuntado que las ventas de tapones han fluctuado los últimos años debido a cuestiones como la covid-19, «por lo que difícilmente son referencia de la evolución de ventas de tapones».
CORCHO IBÉRICO EN EL 90% DE LOS TAPONES DEL MUNDO
«La evolución de ventas es directamente proporcional a la evolución del consumo de vinos embotellados», ha insistido, de ahí que el sector esté mirando con atención el progreso del consumo de vino y sus exportaciones.
Y es que al sector del corcho nacional no sólo le interesa lo que pase en España, sino en todos los mercados, ya que se trata del un «mercado global» en el que «los corchos de la península ibérica acaban en el 90% de los tapones de corcho del mundo».
Ese porcentaje incluye el aporte de Portugal, que es el primer productor mundial de corcho seguido en segunda posición por España, según ha subrayado Hereu.
De hecho, del total de la facturación del sector corchero español, más del 50 % pertenece a las exportaciones, según los datos del Instituto Catalán del Corcho.
Los productos que lideran las exportaciones en términos monetarios son los tapones, con 99,5 millones de euros, seguidos por la materia prima, con 50,2 millones.
Dentro del segmento del tapón de corcho, los naturales lideran la clasificación, con 48,6 millones de euros, y figuran a poca distancia los que son para vinos espumosos, con 43,7 millones de euros.
Los principales destinos de las exportaciones españolas son los mercados europeos, que acumulan más del 80%.
EL PRECIO EN ORIGEN SE DESPLOMA
En España se fabrica corcho en planchas, discos, barras, etc., pero sobre todo en forma de tapón, unas 3.000 millones de unidades, de las cuales 1.300 millones se destinan a espumosos y 1.700, al resto de vinos, ha detallado Hereu.
Los tapones se venden por unidades de millar y, en función de la calidad y el tipo, su precio puede ir desde los 20 céntimos hasta 1 euro por unidad, aproximadamente.
Otra amenaza para el sector tiene que ver con la sequía y el cambio climático, ya que como ha remarcado Hereu si por culpa de estos fenómenos se recoge menos uva en el campo, al final se embotella menos vino y hay menos demanda de tapones de corcho.
Este fenómeno se siente, además, en los campos de alcornoques de los que se extrae el corcho: si no llueve no se desprende bien del árbol, la producción disminuye y lo que se extrae pesa menos porque está seco, ha explicado a Efeagro el agricultor Francisco Cantos, de Extremadura, la principal región productora en España.
En origen, el corcho se vende en quintales, que equivalen a 46,5 kilos, y el precio ha pasado de 110 euros por quintal el año pasado a 60 euros en la actualidad, especialmente por la caída de la demanda para el embotellado, ha señalado Cantos.
(Texto: Rubén Figueroa / Efeagro)