El Instituto Armado ha detenido en esta operación a tres personas e imputado a otras 68 por los delitos contra la salud pública, falsedad documental, estafa contra la hacienda pública, contrabando, asociación ilícita e insolvencia punible.
Según la información facilitada por la Guardia Civil, una empresa de Minglanilla (Cuenca) recibía harinas cárnicas, procedentes de industrias de transformación de cadáveres y gallinaza, tras falsear los documentos, para lo que contaba con la colaboración de una empresa de transportes y otra de la gestión de un vertedero.
En unos casos exportaban directamente la mercancía desde el Puerto de Valencia y en otros se la vendían a operadores que se encargaban de exportarla desde Valencia o enviarla a puertos de Italia y Chipre, desde donde se remitían a países fuera de la Unión Europea, y así evitaban el control de la Aduana de Valencia.
Por otro lado, crearon una empresa en Chipre para vender la harina cárnica elaborada en España mediante movimientos intracomunitarios que están exentos de declarar su exportación.
Asimismo, en Panamá crearon otra empresa con la que facturaban parte de la harina cárnica elaborada y el dinero era ingresado en una cuenta de un banco suizo.
Durante la operación se han intervenido 22.000 documentos y facturas, 3.614.000 kilos de gallinaza, 25.000 kilos de una mezcla de gallinaza, cascarilla de arroz y pulpa de naranja o 7.000 kilos de serrín.