El informe señala que el 99% de las fincas de banano de Costa Rica cumple con un adecuado manejo de los desechos sólidos y que el 100 % ha instalado trampas para retener residuos sólidos, con lo que se evita que contaminen fuentes hídricas. Los residuos son reutilizados como abono para las plantaciones bananeras, según el informe.

    Otros datos señalan que en 20 años se han reciclado 57 millones de kilos de plástico utilizado en los procesos de producción, se ha disminuido en 55 % el uso de agua, y que el 100% del personal está capacitado en el manejo de plagas y buenas prácticas agrícolas, mientras el 94% para el uso seguro de plaguicidas.

    Según Corbana, estas acciones contribuyen a cumplir el compromiso que el sector bananero estableció en 2008 de alcanzar la carbono neutralidad en el año 2021.

    Datos de Corbana señalan que el 60% del área de producción bananera costarricense cuenta con un inventario de gases de efecto invernadero y que existen 5.000 hectáreas de bosque pertenecientes a fincas bananeras que se mantienen protegidas.

    La producción bananera de Costa Rica se concentra en la provincia de Limón (Caribe), en un total de unas 43.000 hectáreas, y emplea a 40.000 personas de manera directa y a 100.000 de forma indirecta, lo que representa el 60 % de la fuerza de trabajo de la zona.

    Cada año Costa Rica exporta cerca de 600 millones de dólares en banano, con la Unión Europea y Estados Unidos como sus principales mercados, pero en los últimos años se han aumentado los envíos a países como China, Rusia y otros del Medio Oriente.

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