La empresa valora la fortaleza del sector español frente a la situación por la que atraviesa el sector agroalimentario mundial, en la que los pequeños productores y proveedores de alimentos están desapareciendo en favor de grupos de mayor tamaño.   

    En este sentido, los analistas explican que el sector en España cuenta con alrededor de 30.000 empresas de las cuales el 96 % son pequeñas y medianas empresas.

La internacionalización ya es un proceso continuo y una reación a la caída interna


      Además, el sector mantiene un peso considerable, con una producción anual en el entorno de los 86.000 euros que supone el 7,5% del PIB, y "lo que es aún más relevante, las exportaciones muestran un crecimiento sostenido desde mediados de los noventa".

     Esto indica que "la internacionalización del sector ha sido un proceso continuo y de largo plazo y no una reacción a la reciente caída de la demanda interna".

    No obstante, reconocen que el sector afronta los retos de una economía globalizada: mercados abiertos, precios de las materias primas cambiantes según la demanda mundial debido al crecimiento demográfico y diferentes hábitos alimenticios.

     Así mismo recuerdan que en 2012 las exportaciones de alimentos y bebidas aumentaron un 9,4% hasta alcanzar los 22.000 millones de euros, lo que representa casi el 10% del comercio exterior total de España, proporcionando un superávit comercial de 3.000 millones de euros.

     Por ello, los analistas afirman que "la industria agroalimentaria española es más competitiva que la europea en toda la cadena de valor, desde la producción hasta la distribución minorista, y más innovadora".

España tiene uno de los sectores agroalimentarios más importantes de Europa


     Por tamaño, España "tiene uno de los sectores agroalimentarios más importantes de Europa: se encuentra, prácticamente en todas las categorías, entre los cuatro principales productores europeos de productos de origen animal y derivados de plantas de cultivo".

     Sin embargo, señalan que el subsector lácteo se ha comportado peor, con una continúa reducción de la producción.

     Los problemas principales a los que se enfrenta son el denominado "downtrading", es decir, la elección por parte del consumidor de marcas blancas más baratas, y la dificultad de transmitir el aumento de los costes, según el análisis, que, en líneas generales, hace hincapié en la fortaleza del conjunto del sector agroalimentario.

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