Y es que, según ha explicado Hita, la seguridad alimentaria a nivel de legislación y concienciación en la industria "está totalmente arraigada, se trata de prevenir riesgos e incidencias en el proceso productivo ocasionadas por contaminaciones microbiológicas, físicas o químicas producidas de forma no intencionada, de forma accidental".
"Food Defense va más allá, trata de prevenir que ocurran esas adulteraciones de producto de forma intencionada con el objetivo de causar daño o muerte", ha indicado Hita, quien ha recordado que este concepto surgió en Estados Unidos tras los atentados del 11 de septiembre.
Del miedo terrorista a la protección del consumidor
En ese momento en la sociedad estadounidense comenzó a surgir una preocupación por la posibilidad de que se produjera un acto terrorista de sabotaje en el suministro de alimentos.
Esto ha llevado a que, en su caso en concreto, una serie de empresas expertas en distintas áreas de conocimiento se hayan unido en "Food Defense Solución" para ofertar un servicio integral desde distintos ámbitos relacionados con la protección alimentaria para ofrecer una herramienta global a las empresas.
Así realizan labor de consultoría, planes de control y ofrecen formación, certifican que los planes son conformes a norma, se encargan de la seguridad física y la ciberseguridad o aportan soluciones tecnológicas.
Aunque ha indicado que no hay motivos para la alarma ha reconocido que hay casos documentados de adulteraciones de alimentos intencionadas, uno de los más recientes, en diciembre en Grecia, donde una empresa de refrescos recibió una carta en la que se le indicaba que se habían puesto en el mercado botellas de su marca con ácido clorhídrico.
"Esto se hizo de forma intencionada para causar daño y obligó a retirar los productos", ha apuntado la técnico, quien ha subrayado que en muchos casos esos productos no llegan a la población porque se retiran.
El caso de la leche en China desató la alarma
No ocurrió así hace unos años en China, donde se produjo uno de los casos más conocidas, cuando una adulteración de leches infantiles con melamina causó "muchísimos muertos".
Pese a esto ha incidido en que los consumidores deben estar "tranquilos", ya que las empresas tienen esto "muy presente". En el caso de Navarra, en concreto, ha comentado que "la preocupación por estos temas de seguridad alimentaria forma parte del día a día" y en algunas compañías se encuentra ya "en nivel muy avanzado y en otras se lo están planteando de forma seria".
En este sentido hay que tener en cuenta que el sector alimentario es "muy dispar, desde empresas pequeñas hasta grandes multinacionales". Entre las pequeñas "quizás" este concepto no esté todavía desarrollado pero "va calando cada vez más y se están dando cuenta de que tienen que incluirlo", ha agregado.
En este proceso de implantación va a jugar un papel importante el hecho de que cumplir con este concepto va a ser obligatorio para las empresas certificadas en IFS. A partir del 15 de julio de 2014 las empresas que no cumplan con el "Food Defense" no podrán validar el certificado, con las consecuencias económicas que eso conlleva.