Máxima expectación en la jornada técnica ‘Xylella en la Comunitat Valenciana. Situación y actuaciones’, celebrada aeste jueves 20 en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica de la UPV y organizada por la fundación del Colegio de Ingenieros Agrónomos de Levante (COIAL), cuya apertura ha corrido a cargo del DG de Agricultura, Ganadería y Pesca, Rogelio Llanes y clausurado por el secretario Autonómico de Agricultura, ganadería y Pesca, Francisco Rodriguez. El sector agrario valenciano busca en el foro de los ingenieros agrónomos respuestas a la situación que ha creado el primer positivo por xylella fastidiosa en esta comunidad, mientras que el sector agrario se prepara para la llegada de nuevos positivos en xylella fastidiosa.
Y es que la detección de nuevos casos en otros puntos del territorio valenciano se da por más que probable. Es algo que se deduce fácilmente al conocer los datos que ha aportado Omar Beidas, jefe de Sección de Sanidad Vegetal de la Conselleria de Agricultura de las Islas Baleares: «Tras la detección del primer positivo hemos hecho miles de análisis, y hemos detectado 304 nuevos casos en xylella, que además corresponden a diferentes ámbitos: forestal, agrícola en explotación o abandonado, plantas ornamentales, jardines públicos y privados, plantas en rotondas y autopistas…».
tras un positivo en xylella sólo se arrancarán las plantas hospedantes y no otras. Así, ahora sólo se arrancan almendros pero no olivos
Por su parte, Vicente Dalmau, jefe de Servicio de Sanidad Vegetal de la Generalitat Valenciana, ha informado de las medidas que se han aplicado tras el primer positivo: «Se han tratado todas las plantas en un radio de 150 metros y se han inmovilizado las existentes en un radio de 10 kilómetros, tal como obliga el protocolo de la Unión Europea». Dalmau ha querido aclarar que tras un positivo en xylella sólo se arrancarán las plantas hospedantes y no otras, aunque estén dentro de ese radio: «En Guadalest se están arrancado los almendros, vulnerables a la subespecie multiplex, y si hubiera, por ejemplo, olivos en esa parcela, no se arrancarían».
También ha anunciado que su departamento «ya está redactando la orden que recogerá las indemnizaciones por los trabajos de arranque y por el valor de la planta».
Por su parte, Raquel Aguilar, vicedecana del COIAL, destacó que «investigar sobre la bacteria y sus efectos es fundamental para poder minimizar el impacto de la xylella en el sector agrario». «Hay que poner a trabajar a nuestros institutos de investigación y universidades porque sabemos que el conocimiento y la tecnología son las mejores herramientas para combatir este problema: ya ha pasado con la tristeza, el escarabajo de la patata o el picudo. Tenemos ingenieros especialistas de primer orden y exigimos un plan dotado y coordinado entre todas las administraciones afectadas para desarrollar las labores de investigación, información, prevención y ejecución de planes y protocolos. La coordinación y la suficiencia de recursos son cruciales para que la xylella sea solo un mal recuerdo dentro de unos años», añade Aguilar.
El peligro es la gran capacidad de adaptación de la bacteria
Sobre la tipología de la bacteria, Esther Marco, investigadora del IVIA, ha explicado que la xylella tiene la capacidad de mutar y que hasta ahora lo ha hecho en cuatro subespecies: fastidiosa, multiplex, pauca y sandy. También ha hablado sobre «su facilidad para intercambiar material genético, lo que le permite adaptarse a nuevos huéspedes».
En estos momentos, hay hasta 360 especies en todo el mundo vulnerables a su ataque. La bacteria se aloja en el xilema de la planta, se multiplica y se acumula en los vasos, lo que impide la circulación de la savia y acaba por secar a su huésped. Los síntomas no son específicos, aunque en muchos casos provoca necrosis en las hojas y en otros la planta afectada no presenta síntomas.
Las enfermedades que provoca, asociadas a las especies a las que ataca, no tienen cura. En cuanto a su localización, tiene una prevalencia mucho mayor en la costa que en el interior, una regla que se cumple tanto en la Comunidad Valenciana como en el resto de la península.
En cuanto a los vectores (insectos que propagan la bacteria), el catedrático Ferràn García Marí ha explicado que hay tres familias que tienen capacidad para propagar la bacteria, aunque no saben aún con seguridad qué especies en concreto lo hacen y cuáles no. Las familias son los cicadomorfos, los cercópidos y los aphrophóridos. El philaeus spumarius pertenece a esta última y según los estudios llevados a cabo en Baleares es el que más capacidad tiene para transmitir la xylella.
En la Comunidad Valenciana ha sido capturado en una de cada 400 trampas instaladas. Transfieren la bacteria a la planta al pinchar con su trompa en busca de alimento. La xylella no les afecta, y tampoco a su descendencia. Los científicos también saben que dependiendo de cada territorio, los insectos que propagan la bacteria son diferentes, por lo que tienen que estudiar la biología y la sociología de los mismos para conseguir extraer conclusiones útiles para la lucha contra la plaga.
El sector está preocupado y se muestra unido
En la mesa redonda compuesta por los representantes de AVA, La Unió, UPA, FEPAC y FECOAV se ha constatado la preocupación del sector y se ha reclamado con contundencia coordinación y medios para hacer frente al problema.
El secretario autonómico de Agricultura, Ganadería y Pesca, Francisco Rodríguez, ha afirmado en la clausura que en la Comunidad Valenciana «todos los grupos, ya seamos políticos o técnicos, estamos muy implicados en frenar el avance de la xylella. Además, tenemos unos investigadores muy capaces, con un gran conocimiento de la situación. Vamos a intentar trabajar con calma y colaborar para tener más y mejores medios para los investigadores, algo fundamental para abordar con posibilidades de éxito la tarea que tenemos por delante».
La jornada fue un ejercicio de transparencia y de información sobre un problema que preocupa muchísimo a la práctica totalidad del sector agrario español. Sin ninguna duda la exhaustividad y rigor técnico de las presentaciones y precisión en la respuesta a todas las preguntas planteadas sirvió para delimitar el alcance del problema, quedando claro que puede existir infección en xylella sin que se presente sintomatología; que no todas las subespecies afectan a los mismos hospedantes y si lo hacen, lo pueden hacer con intensidades diferentes en función de la variedad de la especie; que en caso de positivo, sólo se eliminan las especies vegetales sensibles a la subespecie de la bacteria; que el número de insectos potenciales vectores es relativamente pequeño y éstos no son abundantes; que existe una clara correlación entre el clima local y la posibilidad de infección, y muchas otras cuestiones que el Colegio de Ingenieros Agrónomos se compromete a recopilar y poner a disposición de los interesados en breve.