Hace escasos días era ASAJA León la que daba la voz de alarma ante los obstáculos existentes en el proceso de renovación de las explotaciones, al destacar que casi el 10% de los fondos de la PAC, según los datos del Fondo Español de Garantía Agraria, (Fega) seguían destinados a agricultores de esta provincia que continúan cobrando la PAC después de la jubilación, cifrando la cantidad en unos 156 millones de euros.
Las ayudas de la PAC deben orientarse más hacia los jóvenes
Pero no se trata de una cuestión puntual en una provincia, sino de una tónica en todo el Estado. Y como ejemplo, UPA revelaba datos de esta Comunidad Autónoma que reflejaban que sólo el 6 por ciento de los profesionales del campo tienen menos de 40 años mientras que un 65 por ciento de los agricultores y de los ganaderos de Castilla y León superan los 55 años. Además, un 33 por ciento de los perceptores de ayudas de la PAC tiene más de 65 años.
Y aunque todas las organizaciones agrarias son conscientes de que no se trata sólo de retirar las ayudas a los jubilados, sí se plantea con cada vez más fuerza la posibilidad de que se empiece a replantear si esos derechos adquiridos se deben renegociar y buscar alternativas en las que, sin perder las ayudas que se han ganado con muchos años de trabajo, sí se permita abrir la puerta a que los jóvenes puedan entrar y formalizar el ansiado relevo generacional.
Además, según todas las organizaciones, no se trata sólo de dar paso a los jóvenes, sino a sus ideas, ya que muchos de estos emprendedores llegan no sólo con una formación muy superior a la de sus ancestros, sino con nuevas ideas y objetivos mucho más centrados en la situación real del negocio agroganadero. Se trata de gente dispuesta a romper con viejas tradiciones, que apuesta por la innovación, por la fusión con otras empresas y con apostar por nuevos proyectos, como el caso del gaditano Pedro Gallardo, ganador del II Congreso Europeo de Jóvenes Agricultores con un novedoso proyecto se siembra temprana de girasol.
Las Administraciones no pueden poner trabas económicas
Pero para que estas iniciativas prosperen, además de entusiasmo e iniciativa privada, hace falta ayudas y éstas se prometen, pero no se concretan y tardan demasiado. No hay ni un Gobierno autonómico, e incluso el central, que no se haya comprometido en sus presupuestos en incrementar la partida a la incorporación de los jóvenes, pero la realidad es muy diferente.
Como denunciaba UPA CyL, ya se están dando casos de embargos de maquinaria agrícola a jóvenes que llevan cinco años esperando a cobrar las ayudas prometidas, mientras que en Andalucía COAG denunciaba este mismo año que era "inaceptable" que de las 600 solicitudes validadas, que cumplen todos los requisitos, sólo 94 consigan financiación por parte de la Junta socialista.
En definitiva, mucha voluntad pero poco esfuerzo económico para impulsar un relevo que todo el mundo ve necesario, pero al que nadie quiere verdaderamente impulsar por el coste que conlleva.