EFE.- Emaus -la entidad que ha promovido esta iniciativa- es una fundación social, sin ánimo de lucro, que lleva trabajando desde los años 70 en Vizcaya y que en 2008 empezó a trabajar con personas con problemas de salud mental del hospital psiquiátrico de Zamudio.

Ya han finalizado la instalación de las infraestructuras y el pasado mes de marzo han comenzado con los cultivos, por lo que Gómez ha avanzado que esperan, "antes del verano, cosechemos los primeros frutos".

En una extensión de 3 hectáreas, cedidas por la Red de Parques Tecnológicos del País Vasco y Zamudio, localidad cercana al hospital donde se ha asentado el proyecto, y con el apoyo financiero de la BBK, que ha aportado 340.000 euros, el objetivo es dar empleo a 28 personas seleccionadas por la Red de Salud Mental de Vizcaya.

Gómez ha subrayado que la Agencia Vasca de Innovación consideró interesante este proyecto de producción ecológica porque se trata de una explotación de tamaño medio-grande para el País Vasco.

La producción hortícola biológica que se obtenga se venderá directamente al consumidor; en este sentido, Gómez ha precisado qeu el público objetivo son las 7.000 personas que trabajan en el Parque Tecnológico de Zamudio y en las inmediaciones.

Por otro lado, ha resaltado, está la parte social, la labor de rehabilitación que supone el trabajo en el campo, "que tiene su propio ritmo y se adapta más a estas personas que las labores que podemos encontrar en actividades más industriales".

La fórmula de intervención social que tiene Emaús es adaptar los recursos al nivel de empleabilidad de las personas, porque "los problemas de salud mental pueden afectar a tu capacidad de trabajo; por ello, en este proyecto, a cada persona se le otorga una ocupación que se ajusta a sus capacidades reales", ha explicado.

También "identificamos una oportunidad, un proyecto económicamente sostenible y, además con voluntad de replicabilidad", ya que "este tipo de proyecto se puede trasladar a otras experiencias y desarrollar en otros lugares", ha añadido.

Según Gómez, hay una creciente demanda por los alimentos ecológicos, "los consumidores tienen cada vez una mayor preocupación por lo que comen; es importante buscar nuestro propio kilómetro cero", en referencia a consumir productos producidos en las inmediaciones, apostar por el comercio de proximidad.

Tras el apoyo inicial de la BBK, el proyecto se sostendrá gracias a la venta de los productos hortícolas producidos en la explotación.

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