"Una menor demanda debido a una fuerte caída en el uso de piensos de trigo y la reducción del uso de maíz por etanol en Estados Unidos" impulsó el descenso de los precios.
El banco apunta a que las condiciones climáticas favorables en algunas regiones también han aumentado las esperanzas de una cosecha mejor para el año 2013.
No obstante, la institución señala que el precio global de los alimentos permanece tan solo un nueve por ciento más bajo que en agosto de 2012 cuando se alcanzó el máximo de precios y se mantiene atento a la evolución de las distintas regiones del mundo.
En este sentido expresó su preocupación por cómo afectará la sequía en Estados Unidos y la falta de lluvias en Argentina, Sudáfrica y Australia a las cosechas en los próximos meses.
El informe también hace referencia al impacto que pueden tener los precios del petróleo que han ido en aumento en los últimos meses y en febrero alcanzó los 107 dólares por barril.