Según ha explicado Ruiz, "el pasado año fue catastrófico para los cultivos de patata, porque el precio fue irrisorio -5-6 céntimos de euro-, de ahí que se haya producido una disminución en el número de hectáreas -de más de 23.000 en 2011 a no llegar a 20.000 este año-, ya que muchos agricultores han preferido no arriesgarse, al ser además un sector sin organización".
Precisamente esa organización es la que demandan los agricultores a través del nuevo contrato tipo homologado para patata de consumo en fresco, que "dará mayor seguridad al agricultor, ya que ahora habrá un documento oficial respaldado por la Junta de Castilla y León que aportará más transparencia".
Según el responsable de patata de UCCL, este contrato "debería estar firmado antes de que finalice el presente año" y se convertirá "en una herramienta más para organizar el sector, para que se den unas condiciones de mercado más transparentes y el agricultor se sienta más respetado".
De hecho, entre los objetivos del contrato se hallan ordenar las transacciones mediante la fijación de las condiciones de suministro; establecer las garantías para el mutuo cumplimiento de las obligaciones contraídas; fomentar la estabilidad de los mercados, adaptando producciones en cantidad y calidad a la demanda y mejorar la transparencia de las transacciones y la competencia del mercado.
Además habrá una Comisión de Seguimiento, que estará constituida de forma paritaria entre el sector productor -representado por las diferentes organizaciones agrarias- y el sector almacenista-envasador y distribuidor de la patata, de ahí que todos se hayan mostrado "de acuerdo" con este contrato.