Esta colaboración, junto al buen hacer y el trabajo del sector platanero para ofrecer un producto de calidad y único, ha hecho posible que cada vez se esté más cerca de lograr uno de los retos más importantes, distinguir la singularidad del Plátano de Canarias a través de un reconocimiento supone que sólo la producción isleña obtenida bajo los controles y certificación requeridos podrá comercializarse aludiendo al Archipiélago, evitando así la competencia desleal.
El tratamiento de la IGP está contemplado para la variedad Cavendish de la especie Musa acuminata Colla cultivada en Canarias y destinada al consumo en fresco. Asimismo, se establece una zona geográfica delimitada, centrada en los terrenos de uso agrario del Archipiélago situados por debajo de los 500 metros sobre el nivel del mar.
Los plátanos producidos en el Archipiélago bajo estas condiciones presentan un gusto característico a causa de su composición: alto nivel de azúcares y bajo de almidón. Además, la riqueza en compuestos aromáticos característicos le aportan un intenso aroma y la gran actividad enzimática le producen las características motitas pardas en la piel. Todos estos aspectos diferenciales le confieren al Plátano de Canarias unas cualidades físicas, químicas y organolépticas claramente diferenciables y apreciadas por el consumidor.