También consideran que el texto no debería haber llegado al Parlamento por hallarse pendientes varios recursos judiciales, cuyas correspondientes sentencias, afirman, "podrían modificar, o incluso, anular, como así ha sucedido recientemente, buena parte de su contenido".
Por su parte Izquierda Plural reprocha que se haya evitado una "verdadera y real participación pública" y apunta a que los objetivos reales de la declaración del nuevo Parque Nacional responde más a intereses ajenos (políticos, económicos, empresariales, etc) que a la conservación de la Sierra de Guadarrama.
Además considera "inaceptable" que se deje fuera del futuro Parque a la estación de Valdesquí.
Finalmente Entesa pel Progrés de Catalunya (GPEPC) alude al hecho de que desde su concreción por el Gobierno hasta el inicio de su tramitación parlamentaria en el Senado, la ley ha sido objeto de numerosas quejas, alegaciones y denuncias, "basadas en sus carencias, en defectos de forma, y en la falta de consistencia y de suficiente protección medioambiental".
Para esta formación no está justificada la celeridad del Gobierno en la tramitación, y añade que "no puede tolerar una nueva vulneración, por parte del Gobierno, del reparto de competencias autonómicas", al incluir la posibilidad de suplantar a las CCAA en la gestión del Parque Nacional.
Hace más de un siglo que comenzaron los esfuerzos para reconocer el valor paisajístico y ambiental de la Sierra de Guadarrama, donde abedules, acebos, avellanos, narcisos, robles, rosales silvestres, sauces y, sobre todo, pinos cubren este ecosistema.
El 40 por ciento de las especies de anfibios y reptiles de España, el 39 por ciento de las aves y casi el 50 por ciento de los mamíferos viven en él.
Entre esa fauna destaca la presencia de especies emblemáticas como el águila imperial o la cigüeña negra -ambas en peligro de extinción- , pero también de la nutria, del corzo, la cabra montés, el tritón jaspeado o las musarañas.