Ante el Día Internacional de la Mujer Rural, la vicepresidenta Ismur CyL, Lola Hurtado, considera que «es fundamental que tanto el sector público como el privado refuercen su compromiso con la igualdad de género en el ámbito rural, garantizando que las mujeres rurales cuenten con los recursos necesarios para seguir siendo agentes clave en la sostenibilidad de nuestro entorno rural».
El 15 de octubre se celebra el Día Internacional de la Mujer Rural, que para esta organización «es una ocasión para visibilizar el papel crucial que desempeñan las mujeres en las zonas rurales de nuestros territorios». Según los datos más recientes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), las mujeres representan el 49% de la población rural en España, pero aún enfrentan grandes desafíos para lograr una plena igualdad de oportunidades en este entorno.
A pesar de su importante contribución al sector primario y a la economía rural, las mujeres solo gestionan el 30% de las explotaciones agrarias. Para Ismur, este dato «pone de relieve una persistente brecha de género en la titularidad de las tierras y el emprendimiento rural. Además, las mujeres rurales suelen enfrentarse a mayores dificultades para acceder a recursos como financiación, formación y digitalización, lo que limita su capacidad para emprender y liderar en igualdad de condiciones».
Asimismo, ven que «el envejecimiento de la población rural es otro problema que afecta de especial forma a las mujeres rurales que se encuentran a menudo en situaciones de vulnerabilidad por la falta de servicios básicos como la atención sanitaria, la educación y el transporte. Esta situación agrava la despoblación y dificulta la conciliación de la vida laboral y familiar, lo que es especialmente complicado para las mujeres que pretenden tener su proyecto de vida en los pueblos. Las mujeres rurales son esenciales para asegurar el relevo generacional en el campo y para mantener vivos los núcleos rurales más pequeños. Su papel no solo incluye la producción agrícola, sino también la dinamización del territorio, la conservación de los ecosistemas y el mantenimiento de las tradiciones que dan identidad a nuestras zonas rurales».
Por todo ello, ven «fundamental que tanto el sector público como el privado refuercen su compromiso con la igualdad de género en el ámbito rural».