En sí mismo no es peligroso, según ha apuntado, pero es un agente oxidante y muy comburante, lo que hace que avive las combustiones.

     Por ello, puede resultar explosivo si en su manejo se produce una serie de factores, como que se contamine con un producto como el gasóleo que pueda generar una reacción, que sea alcanzado por el fuego o que sufra un "terrible" golpe.

     Ha recordado que su uso para la fabricación de abonos se remonta a finales de la Segunda Guerra Mundial y que ya en 1947 se produjo la explosión de un buque en la costa de Texas que transportaba 2.300 toneladas de esta sustancia con destino a Europa, como parte del Plan Marshall, en un suceso en el que murieron 500 personas.

     También en 2001 tuvo lugar un accidente en una planta de Toulouse, Francia, en la que murieron 31 personas y otras 2.400 resultaron heridas, tras una explosión que abrió un cráter de 50 metros.

     En España, ha recordado que el vuelco de un camión cargado de nitrato amónico en 2004 causó la muerte de dos personas en Castellón.

     Su uso en explosivos caseros, como los colocados por el noruego Anders Breivik en 2011 en oficinas gubernamentales de Oslo, se debe, en su opinión, a que es una de las sustancias "más fáciles de usar".

     Asimismo, está presente en otros explosivos más sofisticados como el amonal o el ANFO (siglas en inglés de ammonium nitrate/fuel oil), en el que se combina con gasóleo.

Ni un accidente en el campo


     No obstante, Pons ha resaltado que para que pueda utilizarse como explosivo el nitrato amónico debe encontrase en "un grado de pureza elevado", por lo que su uso por parte de los agricultores no entraña ningún riesgo.

    De hecho, ha insistido, no tiene constancia de que se hayan producido nunca accidentes en su empleo en el campo.

     La normativa española para el almacenamiento de fertilizantes que contienen nitrato amónico, según señala, se basa en el Real Decreto 2016/2004, que entre otros requisitos recoge que se realice en lugares secos, lejos de derrames o en zonas a las que pueda llegar fuego. "Hay productos mucho más peligrosos", ha concluido.

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