COMUNIDAD DE MADRID.-Debido a la actividad de mantenimiento de trenes e instalaciones, en Metro de Madrid se generan más de 45 tipos de residuos industriales. Estos residuos se separan, clasifican y almacenan en 13 puntos limpios para que reciban el mejor tratamiento posible. Metro ha disminuido un 17% estos residuos industriales generados durante 2010.
Desde estos puntos limpios, llamados ATR (Acopio Temporal de Residuos), y que están ubicados en diferentes dependencias de la compañía, se gestionan, anualmente, del orden de 1.500 toneladas de residuos industriales no peligrosos y 350 toneladas de peligrosos.
La entidad está realizando acciones para minimizar la cantidad de residuos generados y aumentar el porcentaje de residuos valorizados frente a los no valorizados. En 2010, el 61% de los residuos generados se ha destinado a valorización (proceso que permite el aprovechamiento de los recursos contenidos en los residuos).
El ahorro en la gestión de residuos es una de las medidas con las que Metro de Madrid reafirma su compromiso con el medio ambiente, y asume el reto de reducir sus emisiones atmosféricas, para lo cual ha desarrollado un Plan Director de Eficiencia Energética. Se trata de una iniciativa estratégica con cuya implantación y gestión se pretende optimizar el consumo energético de la compañía y reducir sus emisiones a la atmósfera y sus costes de explotación.
Medidas de ahorro
Además, Metro de Madrid se ha adherido al Pacto Mundial de la ONU, donde hay varios principios enfocados al cuidado del Medio Ambiente: mantener un enfoque preventivo que favorezca el medio ambiente, fomentar las iniciativas que promuevan una mayor responsabilidad ambiental y favorecer el desarrollo y la difusión de las tecnologías respetuosas con el medio ambiente.
Metro dispone de otras medidas medioambientales como la reducción del consumo de energía con el aprovechamiento de la fuerza de frenada para el arranque de los trenes, que permite ahorro de consumo. Además se aprovecha la luz solar para iluminar los accesos durante gran parte del día y colocado cristaleras en las bocas de metro que permiten la reducción de la emisión de CO2. También se han instalado células fotoeléctricas que detectan el grado de luminancia necesario para regular el sistema de encendido o apagado de la iluminación o la automatizado el funcionamiento de las escaleras mecánicas, entre otras medidas.