ASAJA.- Cientos de vehículos hacen colas de más de 12 horas a las puertas de las siete desmotadoras que operan en Andalucía para poder entregar su algodón. Andalucía, que llegó a contar con 28 desmotadoras hoy no tiene más que siete, pese a que hay más de un empresario interesado en abrir nuevas plantas y generar empleo en este sector, el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM), siguiendo las indicaciones de la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía, ha optado por dejar que el negocio se lo repartan entre unos pocos. La consecuencia es que la actual industria desmotadora andaluza no tiene capacidad para desmotar y procesar con agilidad todo el algodón que se produce en nuestros campos.

La campaña andaluza de algodón se ha iniciado con buenas perspectivas de producción y de precios en el mercado internacional, aunque en Andalucía reina la incertidumbre ante el escaso número de operadores en el sector desmotador, en el que se ha creado una peligrosa situación de oligopolio al ser muchos los que venden y muy pocos los que compran.

La solución para equilibrar el mercado la tiene en su mano el Gobierno de España, y concretamente el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural (MARM), que es quien fija el listado de desmotadoras en las que los agricultores deben entregar su algodón si quieren cobrar las ayudas que establece la Unión Europea para este cultivo.

Si el MARM impide el cobro de las ayudas europeas a aquellos agricultores que vendan su algodón a centros de desmotado que no están en la lista de autorizados, en la práctica elimina cualquier posibilidad de competencia, pues ningún agricultor quiere perder las ayudas que establece Bruselas a los cultivadores de algodón.

Así, pese al interés de algunos empresarios por abrir nuevas desmotadoras, el MARM, haciendo una interpretación torticera de la normativa de reestructuración del sector y mal aconsejado por la Consejería de Agricultura, ha impedido la apertura de nuevas desmotadoras, atentando contra la libre competencia, limitando el pago de sobre precios y provocando un importante sobrecoste a los agricultores, que deben hacer largas colas ante los siete centros de desmotado que hay en Andalucía, a todas luces insuficientes para garantizar la entrega ágil de toda la producción regional.

Un 30% más de producción

Según las primeras estimaciones de los Servicios Técnicos de ASAJA-Sevilla, la producción andaluza de algodón en la presente campaña se situará entorno a las 171.000 toneladas. La superficie de algodón sembrada a nivel nacional es este año un 7% superior a la del año pasado y asciende a 66.459 hectáreas, casi todas ellas en Andalucía, donde se produce prácticamente el 100% del algodón español –Murcia tiene unas 200 hectáreas–, frente a las 62.167 del año anterior. Las previsiones de producción son un 30% mayores que las de la anterior campaña, ya que se prevén unos rendimientos superiores, de hasta 2.500 kilos por hectárea, frente a los 2.100 kilos del año pasado. Estos rendimientos, según el responsable de algodón de ASAJA-Sevilla, Emilio Gutiérrez, aún siendo mayores que los de otros años están lejos de los rendimientos históricos del algodón andaluz, de unos 4.000 kilos/ha cuando las ayudas de la PAC estaban acopladas a la producción y no estaban limitados los fitosanitarios más eficaces para combatir las plagas.

En cuanto a los precios, tal como pone de manifiesto Emilio Gutiérrez, en la actualidad el precio de la fibra en el mercado internacional es alto, ha estado por encima de las cotizaciones del año pasado que fueron altas, aunque no es previsible que se mantenga a esos niveles muchas semanas más. Los precios que recibirán los productores andaluces por su algodón, depende de las desmotadoras, que ya han anunciado precios similares a los del año pasado, que oscilaron entre los 48 y los 57 céntimos por kilo. Recibirán un precio más elevado aquellos agricultores que firmaron con las desmotadoras contratos a futuro en primavera, en un momento en que las cotizaciones estaban por encima del valor actual. Sin embargo, las desmotadoras no ofrecerán esos buenos precios al resto, pese a que casi todas las desmotadoras andaluzas se van a beneficiar del precio alto que les aseguran los contratos que ellas firmaron la pasada primavera en los mercados de futuro.

El año pasado los productores andaluces de algodón recibieron un precio bastante inferior –alrededor de un 20% menos- al que se pagó en Grecia, que es el otro país europeo con una producción importante de algodón, en aquella ocasión las desmotadoras españolas habían firmado meses antes a la subida del precio de la fibra, unos precios muy inferiores en los mercados de futuro, por lo que cuando se inicio la campaña de recolección andaluza, coincidiendo con una elevada cotización del algodón en el mercado internacional, justificaron el bajo precio que pagaron a los productores en la imposibilidad de ofrecer un precio mayor a causa de los contratos previos que ellas tenían firmados cuando la cotización internacional estaba más baja, por lo que se veían obligados a pagar a los agricultores un precio menor al del mercado internacional. Por lo que siguiendo este mismo razonamiento, en la presente campaña en la que las desmotadoras han firmado contratos de futuro a un precio más alto que el actual del mercado internacional deberían también repercutir la mejora de sus precios en el precio compra del algodón de los agricultores.

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