MARM.-El Director General de Desarrollo Sostenible del Medio Rural del MARM ha señalado que las acciones para la evitar su deterioro se convierten en auténticos argumentos de futuro para la construcción de territorios viables
Ha pedido una solidaridad intergeneracional para evitar que los problemas de erosión y desertización conlleven a una disminución irreversible de los niveles de productividad
El Director General de Desarrollo Sostenible del Medio Rural del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Jesús Casas, ha participado en una mesa redonda en el marco de las “Jornadas para la conservación de los suelos” organizada por el Instituto de Agricultura Sostenible del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en Córdoba, donde ha puesto en valor la importancia del suelo como factor de producción, y ha explicado que la responsabilidad de mantenerlo productivo no recae solamente en aquellos que están directamente vinculados a su uso, sino que afecta a toda la sociedad ya que un mal manejo puede producir daños difícilmente recuperables.
Jesús Casas ha recordado que los problemas de la erosión y la desertización conllevan una disminución irreversible de los niveles de productividad que lo sufrirán las generaciones venideras, por lo que se ha pedido una solidaridad intergeneracional.
También ha recordado que España ha sido un adelantado en la lucha contra estos problemas, tanto en los ámbitos forestales como agrarios, y se han creado unidades específicas de lucha, como la Dirección General de Medio Natural y Política Forestal que han llevado a cabo programas contra la desertización en el Mediterráneo y de inversión en colaboración con las CCAA, mientras que la práctica agraria ha ido incorporando elementos para la protección del suelo.
El Director General ha concluido afirmando que la conservación del valor patrimonial y productivo de los suelos no es un capricho, sino que es un elemento esencial en al configuración de los procesos de vertebración territorial y social. En este sentido la conservación del suelo se convierte en un elemento de referencia para la construcción de una política territorial, y las acciones para la mejora de su situación o para evitar su deterioro, se convierten en auténticos argumentos de futuro para la construcción de territorios viables, posibles, y capaces.