El Marco de Jerez celebra el final de su vendimia en la que se han recogido algo más de 61 millones de kilos uva, un 23 % más que el año pasado, y de notable calidad.

Los resultados de esta cosecha dan para que este martes se celebre con especial satisfacción la ‘Pisa de la Uva’, la ceremonia que cada año por estas fechas, ante la fachada de la catedral, protagoniza las Fiestas de la Vendimia de Jerez de la Frontera.

«Ha sido un año muy positivo», afirma, en una entrevista con Efe, César Saldaña, presidente del Consejo Regulador de las Denominaciones de Origen Jerez-Xérès-Sherry, Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda y Vinagre de Jerez.

TRAS CUATRO AÑOS DE SEQUÍA HA LLOVIDO «MUY BIEN»

Tras cuatro años de sequía, en los que en la zona no se alcanzaban los 350 litros por metro cuadrado anual -la mitad de la media histórica anual en la zona- este 2024 «ha llovido bastante más y sobre todo ha llovido muy bien, con unas lluvias en marzo que han sentado muy bien».

Se han alcanzado más de 500 litros por metro cuadrado, todavía por debajo de los más de 600 de la media anual habitual, pero suficientes para que las tierras albarizas de las viñas del marco, en las que la Denominación de Origen no permite el riego, se recuperen de cuatro años consecutivos de sequía.

Las lluvias son especialmente importantes para estas viñas que se crían en tierras albarizas en las que «se aprovecha cada gota de agua» gracias a la «espectacular» capacidad retentiva de la humedad de unos suelos que hace 30 millones de años estaban cubiertos por el mar, y por ello, conservan sedimentos marinos y riqueza en elementos como el sílice.

Las uvas también han gozado de una maduración «muy lenta» gracias a un verano suave, lo que les aporta «niveles de calidad interesantes» y ha propiciado «un estado sanitario bueno».

Todo ello ha permitido que con el final de su vendimia se hayan recogido 61 millones de kilos de uva, un 23% por ciento más de uva que él pasado año, cuando no se llegó ni a los 50 millones. Aunque la cantidad está aún por debajo de la media histórica, el incremento ha dado un respiro al sector.

UNA VENDIMIA GRADUAL

La vendimia en las cerca de 6.900 hectáreas de viñedo del marco comenzó a primeros de agosto, y aún trabajan en ella en algún punto de la costa.

«La vendimia en el marco de Jerez es un proceso gradual según la uva va alcanzando la madurez. En los pagos del interior suele iniciarse al principio de agosto y en los de la zona de costa, con temperaturas más suaves y más influencia de los vientos de poniente, la maduración es más lenta y la vendimia más tardía», explica.

Un 50% de la superficie se vendimia de forma manual y otro 50 % de forma mecánica, mediante cosechadoras, lo que permite realizarla por la noche, y que las uvas lleguen más frescas a los lagares, un factor conveniente para el proceso de molturación y fermentación de los mostos.

Esta frescura no es necesaria para las uvas destinadas a los vinos dulces del marco, que son sometidas a la tradiciones ‘asoleos’, una técnica por la que los racimos cosechados se dejan expuestos al sol durante una semana para que se evapore el agua del fruto y los azúcares y ácidos de las uvas estén más concentrados.

LA CATEDRAL DE JEREZ AGRADECE EL IMPUESTO AL VINO QUE PERMITIÓ SU CONSTRUCCIÓN

Con el final de su vendimia, Jerez de la Frontera, la capital del Marco, despliega este mes de septiembre las Fiestas de la Vendimia, declaradas de Interés Turístico Internacional, con un programa en el que se combinan exposiciones, rutas y visitas guiadas, catas y maridajes gastronómicos u musicales, recitales, entre otras muchas actividades.

La Pisa de la Uva, que se celebra en la tarde de este martes, es todo un emblema de estas fiestas, una tradición que se remonta a 1948. «Es una de las fiestas de la vendimia más antiguas de España», cuenta César Saldaña.

Se celebra junto a la catedral para rememorar que este templo del siglo XVIII tiene, de alguna forma, una deuda con el sector vinícola de la zona, ya que gracias a un impuesto al vino que se estableció en su día se pudo terminar su construcción.

El ritual celebra que el marco finaliza un ciclo, el de la viña, e inicia otro, en las bodegas, donde las uvas, tras ser seleccionadas para sus distintos destinos inician procesos que en algunos casos tomarán 20 y 30 años.

Cada botella de vino de la Denominación de Origen lleva aproximadamente un kilo de uvas, ya que el rendimiento máximo que se permite es de 100 kilos de uva para 70 kilos de mosto.

Pero no todos los 61 millones de kilos de uva están destinados a la elaboración del vino, ya que una parte, unos 5 millones de litros, irán destinados a unas siete millones de botellas de vinagre de Jerez.

Jerez, la capital de la región vinícola más al sur de Europa continental, ha anunciado que aspira a ser la Ciudad Española del Vino en 2026 y se postula para que su vida vinícola sea otro ingrediente de su candidatura para convertirse en la Capital Europea de la Cultura en 2031.

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