La medida manchega adoptada conlleva la ordenación de los movimientos pecuarios de las especies sensibles -ovino, caprino y vacuno- hacia territorios no afectados, tanto para vida como para sacrificio, y la intensificación de la vigilancia activa y pasiva de la enfermedad.
Gracias a la rápida actuación en la compra de vacunas, la Consejería de Agricultura podrá diseñar una estrategia de vacunación para aquellas explotaciones que puedan tener restricciones a los movimientos fuera de estas zonas -exportaciones o envíos de animales para vida al resto de España y la UE-, minimizando los daños comerciales y evitando la generación de un mercado cautivo.
La lengua azul es una enfermedad vírica, transmitida por la picadura de un mosquito, que afecta exclusivamente a los rumiantes, tanto domésticos (ovejas, cabras y vacas) como silvestres.
Por tanto, no supone riesgo sanitario alguno para la salud pública, limitándose a ser una contingencia estrictamente de sanidad animal, han indicado las mismas fuentes.