EFE.- El Boletín Oficial del Estado publica hoy la orden ministerial con la propuesta del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
El Ministerio ha ordenado dotar de protección preventiva al sistema de cañones submarinos occidentales del golfo de León y el Canal de Menorca, en la demarcación marina Levantino-Balear; los volcanes de fango del golfo de Cádiz, en la demarcación Sudatlántica; y el Banco de Galicia en la demarcación Noratlántica.
El valor ecológico del Golfo de León reside en las paredes de sus cañones submarinos, Cap de Creus y Lacaze-Duthiers, donde se encuentra una de las comunidades de corales blancos de agua fría mejor conservadas del Mediterráneo, según la memoria presentada por el Ministerio, que destaca también la abundancia de algas y plancton, una «fuente preferencial de alimentación para peces y cetáceos».
Estas extensiones de coral son ecosistemas «especialmente frágiles y sensibles a golpes bruscos» según esa memoria, que advierte del impacto que la pesca de recreo no regulada y la deposición de sedimentos estaba teniendo sobre la plataforma continental del golfo.
También en la demarcación marina Levantino-Balear se encuentra el Canal de Menorca, formado por taludes, dunas y praderas submarinas y el cañón de Son Bou, donde la «mayor presión de uso y causa de efectos negativos» es la pesca de arrastre de fondo que afecta a la diversidad de arenas y la pesca artesanal que daña a especies objetivo como la langosta o el mero.
Por otro lado, los volcanes de fango, o chimeneas de Cádiz, «representan un fenómeno poco frecuente en los mares y océanos del mundo, que se relaciona con la convergencia de placas litosféricas y la formación de potentes depósitos sedimentarios».
Son formaciones que, al expulsar fluidos y metano, contribuyen a la renovación de relieves y estructuras submarinas, así como a la presencia de «complejos procesos microbianos que aprovechan energéticamente estos flujos».
En la demarcación Noratlántica se encuentra el recién declarado LIC Banco de Galicia, una zona sobre la que se tenía poca información hasta el hundimiento del petrolero Prestige, que fomentó la realización de estudios, desvelando una alta población de corales, gorgonias y esponjas.
Otro factor determinante para la protección de esta zona ha sido la densidad de población de cetáceos, garantizada tras 109 avistamientos y 53 detecciones acústicas pertenecientes a once especies diferentes, entre ellas el delfín mular.
La inclusión de estos cuatro espacios, que sumarán a la Red Natura 2000 un total de 1,7 millones de hectáreas marinas, se ha propuesto tras un «profundo estudio» en el marco del proyecto Life+Indemares coordinado por la Fundación Biodiversidad.
Estos nuevos LIC se añaden además a las 39 Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) aprobadas el pasado viernes, como áreas de alimentación y de cría para aves marinas.
El Ministerio ha destacado la participación en los estudios del Instituto Español de Oceanografía, el CSIC, ALNITAK, OCEANA, la Sociedad para el Estudio de los Cetáceos en el Archipiélago Canario, SEO/BirdLife, WWF España y la Coordinadora para el Estudio de los Mamíferos Marinos.