"Ahora se puede decir que España está de moda en Japón", subrayó antes de animar a los dos pueblos a conocerse mejor y "afianzar aún más su simpatía y el cariño mutuos" dentro de los actos conmemorativos que se celebrarán a partir de junio de este año para recordar la primera misión oficial japonesa a España.
Satoh recordó que el cerdo es cada vez más importante en la exportación española hacia Japón, "por su gran sabor y calidad", tras levantar este último país su prohibición en 1999.
En este sentido apuntó que, gracias a la creciente popularidad de los bares españoles y del jamón ibérico, el cerdo ibérico está teniendo un gran éxito en el mercado japonés.
"Ahora no resulta nada difícil encontrar un bar español repleto de jóvenes japoneses disfrutando del jamón serrano y del vino español en grandes ciudades como Tokio", reconoció.
Además subrayó que la carne de cerdo ibérico de calidad se está introduciendo en uno de los platos más representativos de la cocina japonesa, el Shabushabu, que se prepara sumergiendo filetes muy finos de carne y verduras troceadas en una olla de agua hirviendo y agitándolo adelante y atrás varias veces durante unos segundos.
La costumbre de comer carne de cerdo en Japón, según recordó, se remonta hasta el Neolítico, en el que se practicaba la caza del jabalí, pero el arraigo del budismo en el siglo VIII, que prohibió comer carne, disminuyó su ingesta de forma considerable en la sociedad japonesa hasta finales del siglo XIX.
"De hecho -subrayó-, el jesuita Francisco Xavier, primer español que llegó a Japón a finales del siglo XVI, respetó y acató la costumbre local de los bonzos budistas de no comer carne".
La apertura cultural y la modernización que Japón experimentó a finales del siglo XIX modificó este hábito alimenticio y convirtió al cerdo en un ingrediente habitual de la dieta japonesa, servida en forma de chuleta empanada o frita (tonkatsu) o a la parrilla con jengibre (shogayaki).
El embajador japonés puso como ejemplo de consumo de carne de cerdo a Okinawa, la prefectura insular y más meridional de Japón, y que, como en España, aprovecha casi todo y que es muy valorado por su alto contenido en colágeno.
El consumo de pescado por persona en Japón está en torno a 60 kilogramos anuales, frente a 20 kilogramos de cerdo, 17 de pollo y 9 de vaca.