El mes de Septiembre, como de costumbre, es mes de Vendimia; y tanto en Castilla-La Mancha como en el resto de España se empiezan a hacer las primeras estimaciones con cosecha ya recogida. Si bien en Castilla-La Mancha los tintos, de las variedades internacionales, cencibel (Tempranillo) y otras autóctonas, fueron ya vendimiados en su totalidad en las primeras semanas del mes, constatando una reducción de cosecha alrededor del -30% a falta de que en Manchuela se decidiera recoger la bobal (cuya vendimia se generalizaba a partir de mediados de mes y que viene incluso con más merma por efectos de la sequía y otros factores externos), la blanca airén se viene recogiendo a lo largo de todo el mes (ya me dirán cómo se recolectan 209.000 has en su momento óptimo), donde las plantaciones con aporte hídrico no han mermado tanto como los secanos, los cuales han sufrido un desgaste tremendo con un verano de más de 2 meses sin lluvia (cosa por otro lado habitual en La Mancha), por lo que es mucho más complicado prever la merma que finalmente tendremos en blancos, pero seguro que sobrepasaremos el -25%. Por lo que una cosecha en torno a la media de los 5 últimos años (22,5-23 millones de Hl) podría ser un dato bastante fiable al que agarrarnos para predecir la cosecha actual en nuestra extensísima región (con 440.000 has de viña). (En el documento adjunto puede acceder a la información estadística de los cuadros para profundizas en datos)

    Castilla-La Mancha, con 23 millones de Hl de previsión, representaría el 56% de la producción española que en conjunto alcanzaría los 40,8 millones de Hl; destacando la bajada de producción respecto al año anterior las regiones levantinas (C. Valenciana, R. de Murcia, Cataluña) que están sufriendo una grave falta de lluvias, junto a Galicia y Castilla y León; mientras que Extremadura, Aragón y Andalucía repetirían cosecha respecto a la pasada campaña; y La Rioja, País Vasco y Navarra serían las únicas CCAA que mejorarían las cifras del año anterior.

   En otro orden de cosas, y relacionado con lo anteriormente dicho, en la sectorial de Madrid celebrada el pasado 16 de septiembre, se realizaban simulaciones de balances de la pasada y la presente campaña, para trasladar al Ministerio las cifras, que bajo nuestro punto de vista se podrían obtener. (En el documento adjunto puede acceder a la información estadística de los cuadros)

    Las cifras de existencias a final de campaña y las previsiones de producción de la presente vendimia, configuran una diferencia de stocks entre campañas (33-29,25) de unos 3,75 millones de hectólitros de vino, por lo que tras reunión con el sector el pasado 19 de septiembre, finalmente el Ministerio no aplicará medida alguna (destilación obligatoria) con la que el Real Decreto 774/2014 amenazaba poner en marcha, si los datos y las circunstancias lo requerían. Esperemos que en próximas fechas se desarrolle legislación sobre la constitución de Organizaciones de Productores, como herramienta de gestión y autorregulación de la oferta, lo que permitiría poder acometer medidas estructurales que nos ayudarían a evitar circunstancias indeseables vividas en la pasada campaña.

     En cuanto a aspectos cualitativos, en Castilla-La Mancha la climatología está siendo muy beneficiosa para la sanidad de los racimos, y la maduración, en la mayoría de los casos, muy equilibrada (azúcares/acidez), aunque las viñas de secano están llegando muy justas y agotadas a final de ciclo, como venimos resaltando, en las que el calor del último tramo del verano ha deteriorado mucho su aspecto general, especialmente de aquellas que no se les ha realizado aporte hídrico alguno. Por tanto, el calor y la falta de humedad van a repercutir seguro en una notable calidad de la uva, siempre que la viña no haya acusado un estrés excesivo; todo lo cual repercutirá en un contenido óptimo de compuestos dulces y ácidos, y en la adecuada acumulación de sustancias polifenólicas que adornarán de aromas y color en abundancia a los nuevos productos que se transformen.

    Respecto al resto de países competidores de nuestro entorno cercano, indicar que; por un lado Francia, a 20 de agosto daba una cifra de 47 millones de hectolitros, lo que supone un 11% de más cosecha que el año anterior (cuando acumulaba dos años consecutivos de escasas producciones), acercándose a la media de los últimos años (45,6), si bien la climatología está siendo adversa, ya que existen problemas tanto de escasa graduación alcohólica en la gran mayoría de los vinos, como de poco color en los tintos. Esta última circunstancia se da también en la mayoría de las regiones de Italia, sobre todo en las más septentrionales del país transalpino, cuyas previsiones apuntan una cosecha de 41,6 millones de hectolitros que representaría un -13,6% menos que la campaña precedente (48,16 MHl según el Istat), aunque la declaración de producción que transcendió llegó a los 53,6 MHl, incluyendo el mosto. Portugal, por su parte prevé una bajada generalizada de todas sus regiones vitícolas del -6%, alcanzando en la presente campaña 2014/15 los 5,9 millones de hectolitros, con problemas en la mayoría de regiones por enfermedades criptogámicas e inclemencias meteorológicas de todo tipo. El resto de países configurarían una cosecha media-baja (165 millones de Hl) en la Unión Europea de cara a la próxima vendimia-2014.

    Todo lo cual abre un gran abanico de posibilidades y oportunidades de negocio a nuestros productos vitivinícolas (tanto mostos como vinos) que corregirían las deficiencias de nuestros máximos competidores. Si hablamos de mosto, el blanco podría ser utilizado a la hora de enriquecer vinos centroeuropeos (franceses, alemanes y del norte de Italia), e incluso para fortificarlos por su carencia de grado; el tinto con abundancia de color (sano y estable) será también muy demandado ante la falta de sol en las regiones antes mencionadas. Respecto a los vinos, en blancos, su ligereza (al no adquirir grados excesivos de sobremaduración) pueden satisfacer los mercados como base de vinos espumosos de gran demanda europea, como es bien sabido; y los tintos, ante la falta generalizada de compuestos polifenólicos (aromáticos y colorantes) de los países de nuestro entorno cercano, aportarán un soplo de calidez y robustez a sus herbáceos y agresivos vinos a los que se les ha negado el sol y el calor, lo contrario que a los nuestros.

    Por lo tanto, sin volverse locos, se abren nuevas e ilusionantes expectativas de cara a la campaña de comercialización 2014/15, la que deberemos abastecer de forma regular y constante. Sabemos perfectamente de dónde venimos (campaña pasada excepcional en lo productivo y en lo comercial), por lo que no debemos caer en antiguos y no muy lejanos errores, y desde el principio afrontar el mercado con disposición y responsabilidad.

    Como ha pasado en muchas ocasiones, la climatología arregla situaciones que el propio sector no es capaz de resolver; el problema es estructural y nadie sino nosotros puede solucionar nuestra débil vertebración, nuestra visión cortoplacista, y nuestro empeño en “no hacer nada” post-poniendo decisiones de calado, como son: la inter-cooperación, la comercialización en común, la planificación y la profesionalización de nuestra actividad empresarial, etc…. (seguir leyendo descarándote el pdf adjunto en la parte superior de la noticia).

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