En concreto, añadió, “se puede desarrollar ampliamente si se ve favorecido por ciertas condiciones ambientales y las prácticas culturales y tecnología empleadas”.

    Asimismo apuntó que “puede darse el caso de que se recolecte el bróculi aparentemente comercializable y que cuando llegue a los mercados de destino, tras varios días, el hongo haya evolucionado en la inflorescencia y están presentes podredumbres”.

    Según Josefa López, investigadora del IMIDA, la Alternaria se manifiesta con la aparición de manchas redondeadas en las hojas adultas de la planta. Ello reduce la asimilación fotosintética foliar, lo que se traduce en una menor aportación de asimilados. Su efecto más negativo se produce al afectar la inflorescencia, lo que provoca su depreciación.

    El IMIDA está estudiando las técnicas de cultivo aplicadas en el Noroeste de la Región, que son similares a las de comunidades vecinas, como Castilla-La Mancha, en las que se emplea el riego por aspersión en este y otros cultivos. También estudia la naturaleza de los suelos explotados y su capacidad de retención de agua, así como su dosificación, para constatar las repercusiones del empleo de este tipo de riego en la potencialidad de aparición del hongo, en relación a las posibles ventajas que puede presentar el riego localizado por goteo.

     El estudio se amplía con el análisis de las ventajas que conllevaría hacer un seguimiento más estricto de ciertas prácticas agronómicas relacionadas con el diseño del cultivo y la distribución de las plantas, ya que, según Josefa López, factores como la densidad de plantación, orientación de líneas de cultivo, plantación en llano o en caballón, intervienen directamente en la aireación y el descenso de la humedad relativa ambiental. Además, se recomienda una mejor gestión de los residuos vegetales para evitar que puedan ser hospedantes del hongo.

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