Según el director del IMIDA, Adrián Martínez, “el equipo de Mejora Genética Animal trabaja desde hace años en la recuperación de estas razas, poniendo a punto programas y técnicas de apoyo a la conservación, tales como la creación de un banco de germoplasma, en el que se almacenan espermatozoides, ovocitos y embriones de estas especies, en colaboración con la Universidad de Murcia”.
Begoña Peinado, investigadora del citado Equipo de Mejora Genética Animal del IMIDA, destacó que a lo largo de 2013 se realizó un seguimiento de la calidad seminal, tras la extracción espermática realizada a nuevos gallos murcianos. Así, el número de dosis seminales crioconservadas y almacenadas en nitrógeno líquido asciende ya a 450.
Crioconservación de las células espermáticas de la vaca murciano-levantina
En relación a la vaca murciano-levantina, el mencionado equipo ha incrementado el banco de germoplasma, a través de la crioconservación de las células espermáticas de dos nuevos toros, hasta alcanzar las 520 dosis seminales. También ha mejorado las técnicas convencionales de predicción de fertilidad aplicadas en esta raza y se ha puesto a punto una técnica de recongelación que permite la criopreservación de dosis seminales descongeladas, a las que se aplica tecnología que permite mejorar sus cualidades. Todo ello es objeto de una tesis doctoral que lleva a cabo una de las investigadoras del equipo de Mejora Genética Animal del IMIDA.
El IMIDA también realiza estudios productivos de los animales y sus transformados, en colaboración con empresas ganaderas, los cuales han dado paso al uso comercial de transformados cárnicos tan importantes como los procedentes del cerdo chato murciano.
Fruto de la colaboración con otros equipos de investigación, en octubre de este año se presentó la tesis doctoral sobre ‘Tecnología y caracterización de productos cárnicos curados obtenidos a partir de cerdo chato murciano’, cuya doctoranda es investigadora del Departamento de Tecnología de la Alimentación y Nutrición de la UCAM.
También se ha presentado al Instituto Nacional de Investigación Agraria (INIA), para obtener financiación, un proyecto titulado ‘Influencia de parámetros histológicos, fisicoquímicos y organolépticos de la materia prima en la calidad de derivados cárnicos del cerdo chato murciano (lomos, paletas y jamones’. Este proyecto está coordinado por el IMIDA, y es continuación de los ensayos preliminares que se vienen realizando, en los que participan investigadores de la UCAM y la empresa Airemar Restaurante S.L., dedicada a la comercialización de carne de chato murciano y sus transformados.
Importancia de las razas autóctonas
El director del IMIDA, Adrián Martínez, destacó la importancia que la FAO atribuye a las razas autóctonas en la agricultura “por su adaptación a las condiciones locales y por poseer material genético único para los programas de mejora”. Explicó asimismo que “todas estas razas son objeto de protección especial desde que los estados firmaron los protocolos de la Conferencia sobre Biodiversidad, auspiciada por la ONU, y celebrada en Río de Janeiro en 1992”.
Los cambios en las tendencias de producción y consumo en la Región fueron desplazando a estas razas autóctonas colocándolas al borde de su desaparición. Según Ángel Poto, investigador responsable del equipo de Mejora Genética Animal del IMIDA, la raza porcina chato murciano presentaba un crecimiento lento y pocas crías en cada parto, por lo que fue sustituida en los años sesenta por razas porcinas mejoradas que crecían de forma más rápida y producían amplias camadas y una carne altamente proteica.
La raza bovina murciano-levantina se utilizaba como elemento de tracción en las tareas agrícolas y rurales, además de proporcionar leche y carne de alta calidad. Sin embargo, fue cayendo en el olvido al imponerse los vehículos de tracción mecánica, como los tractores y camiones.
La gallina murciana, junto con los pollos corraleros y los capones, producían huevos y carne de calidad, lo que aportaba un plus a las economías familiares de la huerta tradicional de Murcia. No obstante, la disminución de su censo se produjo en los años cincuenta con la llegada de la moderna avicultura, que introdujo en España unas aves de rápido crecimiento y puesta muy abundante.