Afortunadamente, en el género Vitis se encuentran también especies como la V. Romanetti, V. Cinerea, V. Amurensis o V. Rotundifolia, que poseen genes que les confieren mayor o menor grado de resistencia a Mildiu y a Oidio y que, a través de cruzamientos, se pueden transferir a las variedades comerciales de vid.

     El equipo de Viticultura y Enología del IMIDA, encabezados por la doctora Leonor Ruiz y por José Ignacio Fernández, han realizado ya los primeros cruzamientos de Monastrell con variedades de estas especies, para tratar de obtener nuevas variedades similares a Monastrell pero con resistencia a Oidio y Mildiu, de tal manera que se puedan cultivar sin tener que hacer ningún tratamiento contra estas enfermedades.

    Según el director del IMIDA, Adrián Martínez, “los grandes avances experimentados por la genética molecular en los últimos años han permitido descifrar el genoma de la vid y localizar la región cromosómica en la que se encuentran los genes de resistencia a Mildiu y Oidio, y así poder utilizar la selección asistida por marcadores moleculares en la preselección de híbridos resistentes”.

    En este sentido, apuntó que “si los trabajos se desarrollan con normalidad, en pocos años dispondremos ya de descendientes de Monastrell con diverso grado de resistencia a estas dos enfermedades”.

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