Respecto al sector lácteo, ha resaltado la dificultad de unos ganaderos que han hecho un esfuerzo de modernización "importante", se endeudaron para incorporar tecnologías y ahora no pueden trasladar al precio por su leche los costes de producción, como por ejemplo los de los piensos.
Según Arias Cañete, tanto la leche como el aceite se usan como "producto reclamo" en la distribución para atraer clientes, el precio final es muy bajo y los ganaderos se encuentran con la "imposibilidad" de vender para cubrir gastos, lo que está provocando el cierre de explotaciones y la "ruina de familias".
"El Gobierno hace todo lo que puede para trasladar a la industria y la distribución la necesidad de un gran acuerdo nacional para un comercio responsable de leche"; en España hay 22.000 productores lácteos "muy eficaces" y no se puede perder ese "potencial productivo", ha añadido.
Respecto al sector del vino, ha indicado que la última campaña ha sido muy buena, "no queda un litro en las cooperativas", que han exportado mucho, pero ha advertido de que hay que mantener el control de las plantaciones, porque si la producción se "desboca" los precios se hunden.
En cuanto al aceite, ha indicado que ha mejorado la calidad "espectacularmente" en la obtención de aceite embotellado, que deja un mayor valor añadido al sector español en la exportación.
Sin embargo, en el mercado nacional existen problemas de precio, también porque es utilizado como "reclamo" por los supermercados.
El ministro se ha referido, por otra parte, al problema del relevo generacional en el campo, mientras que en algunos "segmentos más sofisticados" de la agricultura o en el ámbito de la producción ecológica se está produciendo la incorporación de muchos profesionales de 40 o 50 años que quieren un cambio "radical" de vida, sobre todo en áreas como Cataluña, Extremadura o Cantabria.
Preguntado sobre si hay hambre en España, Cañete ha respondido que "cuando se viaja por el mundo se sabe lo que es hambre de verdad", pero ha admitido que en territorio nacional hay gente "que pasa mucha necesidad" y que se alimenta gracias a la solidaridad de las ONG.
Por este motivo, ha subrayado, el Gobierno trabaja para que haya "dotaciones importantes" dentro de los presupuestos de la Unión Europea (UE) para la asegurar la ayuda alimentaria a las clases más desfavorecidas.
Asimismo, el ministro trabaja en medidas para evitar el desperdicio en la cadena alimentaria, revisar la gestión de las fechas indicadas en los envases y para que tanto en hostelería como en la gran distribución los alimentos que no se venden puedan ser redistribuidos, siempre que sean sanos.
El Ministerio quiere que el etiquetado de los alimentos sea "más sofisticado" y de un "margen de maniobra mayor" a la hora de indicar el consumo preferente de un alimento y su riesgo de caducidad.