El Gobierno ha presentado este jueves 6 una serie de medidas dirigidas a luchar contra la crisis de precios que afronta los sectores del aceite de oliva y la aceituna, cuyos representantes advierten de que necesitan soluciones urgentes e incluso no descartan nuevas movilizaciones.
Además, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha reconocido recibir con «preocupación» algunos mensajes que apuntan a la posibilidad de que Estados Unidos vuelva a subir los aranceles a productos agroalimentarios españoles, entre los que ya se encuentran ambos alimentos.
Incluir la retirada de aceite de categorías inferiores dentro de la PAC, regular los panles de cata y la autorregulación
Tras reunirse con la mesa del aceite de oliva y la aceituna de mesa, Planas ha avanzado que propondrá la creación de un programa de gestión específico para ambos sectores -similar al que ya está vigente para el vino y las frutas y hortalizas- en el marco del Plan Estratégico de la Política Agrícola Común (PAC), que se elabora con las comunidades autónomas para elevarlo posteriormente a Bruselas.
Otro instrumento de ayuda será la enmienda que España pretende incluir en la próxima PAC 2021-2027 para que se pueda retirar una parte de la producción de aceite en las categorías «inferiores» y favorecer que los precios suban, como ya ocurre en el vino.
El ministro, por otra parte, ha abogado por «modificar el decreto que regula los paneles de cata» de cara a «lograr una mayor homogeneidad en los resultados», una petición sobre el sistema que se utiliza para definir la calidad de los aceites (virgen, virgen extra, etc.) que genera polémica en España, pese a que está respaldado por el Consejo Oleícola Internacional.
Impulsar políticas de autorregulación -para almacenar producto cuando haya excedente y evitar la volatilidad- y aprobar una futura norma de calidad y trazabilidad son otras de las propuestas transmitidas hoy por el ministro al sector.
Planas se ha mostrado confiado en que el almacenamiento temporal de aceite -herramienta activada por Bruselas a instancias de España- acabará teniendo influencia en el precio, a la espera todavía de la cuarta licitación que se llevará a cabo a finales de febrero.
Después de las tres primeras, los operadores pueden retirar 171.000 toneladas, cerca de las 200.000 que el titular de Agricultura ha considerado como «valor de referencia».
El sector pide un plan a largo plazo pero también que «hay medidas que necesitan de un tiempo, el problema es que no lo tenemos»
Desde Cooperativas Agro-alimentarias, Rafael Sánchez de Puerta ha recalcado la dificultad añadida que suponen los aranceles de Estados Unidos, ya que representan en la práctica «un cierre de fronteras».
«Todo parece indicar que en vez de solucionarse, el problema se agravará aún más», ha lamentado, tras valorar la idea de cambiar el sistema de panel de cata por los «problemas» que genera de cara al consumidor.
El responsable sectorial en ASAJA, Francisco Molina, ha alertado de que al olivar lo que le hace falta es un plan a largo plazo, ya que si no «cada cuatro o cinco años toca un ciclo de ruina».
Molina ha insistido en que hace falta «estructurar» las explotaciones para adaptarse a los nuevos tiempos, aunque ello suponga permanecer sin dar rentas varios años, motivo por el que serían necesarias las ayudas.
Desde COAG, el responsable del área de aceite, Juan Luis Ávila, ha asegurado que los olivareros van «a estar en la calle» hasta encontrar una solución: «Hay medidas que necesitan de un tiempo, el problema es que no lo tenemos».
«Analizamos la posibilidad de repetir la marcha del olivar de 1998», ha advertido Ávila en alusión a una convocataria que reunió a decenas de miles de personas que recorrieron la distancia que separa Andalucía y Madrid para protestar.
Cristóbal Cano (UPA) ha recordado ante este anuncio de medidas que las manifestaciones arrancaron ya en el mes de mayo de 2019 en Jaén y que «no todo el sector pasa por las mismas dificultades», sino que afecta más a las explotaciones familiares.
En su opinión, la situación es insostenible, ya que el coste de producción es de 2,70 euros por litro de aceite de oliva, mientras que los precios en origen se sitúan por debajo de los dos euros.