EFE.- Los centros públicos tendrán que servir al menos una ración de verduras o ensalada al día y no más de dos raciones de alimentos fritos, rebozados o empanados a la semana, según la nueva normativa que entrará en vigor en enero de 2015.

El ministro británico de Educación, Michael Gove, apuntó que estas normas son «claras, concisas, más fáciles de seguir para los cocineros y menos caras», en comparación con la regulación anterior.

Entre los cambios, la nueva regulación dicta que habrá leche disponible para consumir en los colegios al menos una vez durante la jornada, mientras que antes se limitaba la cantidad de alimentos enriquecidos en calcio que se servían, como queso o yogur.

Los centros tendrán que ofrecer una ración de carne, pescado o huevos al día y al menos tres variedades de frutas y verduras diferentes a la semana, además de promover el consumo de alimentos integrales en lugar de otros con carbohidratos refinados.

La regulación promueve también que los menores beban agua y limita el consumo de zumo diario a unos 150 mililitros, lo que equivalen a un vaso por día.

Los postres, tartas y galletas solo se permitirán a la hora de cometer y no deberán contener productos de repostería, además de que no se podrán servir mas de dos raciones de repostería a la semana.

También será restringida la cantidad de azúcares añadidos o edulcorantes en las bebidas al 5 por ciento como máximo.

La catedrática en dietética y salud de la población de la Universidad de Oxford Susan Jebb apuntó que «los niños siguen comiendo muchas grasas saturadas, azúcar y sal» por lo que es «vital» que aprendan en los colegios «reglas básicas de una dieta saludable».

«La nueva regulación incluye información clara sobre el tamaño más adecuado de las raciones», comentó Jebb, que considera que estas normas «ayudarán a incrementar la ingesta de fibra y de nutrientes esenciales».

El viceprimer ministro británico, Nick Clegg, añadió que la revisión de esta normativa permitirá a los colegios ser «más creativos en sus menús» además de que facilita a los equipos de cocina la «restricción de alimentos poco saludables».

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