Más concretamente, da apoyo a lo adoptado por el Parlamento Europeo el pasado 9 de octubre, cuando aprobó que dichos cigarrillos electrónicos deben regularse como productos de tabaco en la nueva directiva sobre esta materia, lo que permitirá una "evaluación de la calidad, la seguridad y la eficacia que permitirá tomar medidas sobre el conocimiento real de los productos".

    Además, el Gobierno reconoce que son "productos considerados problemáticos al no haber sido evaluados por las autoridades en ningún país", lo que ha llevado al Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el Control del Tabaco a crear un grupo de trabajo que determine sus componentes añadidos y la composición de los humos.

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