Cada día que pasa, la preocupación se incrementa en el campo español ante las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania. La sensación generalizada es que este conflicto va a provocar que se disparen los costes de producción, sobre todo en materia energética pero también en los precios de los cereales y el pienso de los animales, pero también en un efecto colateral que va a repercutir en otros cultivos, como el hortofrutícola, con Marruecos como protagonista.

Según diversas fuentes, con el anterior veto ruso, Marruecos logró ocupar con sus exportaciones el lugar que dejó España y otros países europeos en Rusia. Ahora, con las nuevas sanciones que se van a imponer por esta invasión, el país alauita no va a poder mantener sus ventas a la Federación Rusa porque deberá seguir las sanciones si no quiere perder aliados estratégicos como EEUU y media Europa.

Un efecto colateral de graves consecuencias, ya que se trata de cientos de miles de kilos de productos agrarios que Marruecos, que se encuentra además en una crisis económica por la sequía y la subida de precios, va a querer enviar a Europa, afectando de nuevo a la producción española.

AL CAMPO ESPAÑOL LE PREOCUPA LAS CONSECUENCIAS QUE GENERARÁ EL CONFLICTO BÉLICO POR LA SUBIDA DE LOS PRECIOS

Pero al margen de este efecto colateral, el campo español sigue analizando las consecuencias que tendrá este conflicto bélico y cuyos efectos no solo se verán a corto plazo, sino a medio y largo.

«Rusia es una economía pequeña en relación a su poder bélico o influencia mundial pero es un gran abastecedor de energía y esto va a tener impactos colaterales en el mercado internacional», ha resumido el director técnico para asuntos de la Unión Europea de Internacional de Cooperativas Agroalimentarias de España, Gabriel Trenzado.

Este impacto energético, así como todos los problemas logísticos que conlleva una crisis bélica como la de Ucrania, puede afectar a los costes de producción, que ya «estaban multiplicándose por dos y por tres» a raíz de la pandemia de la covid-19, ha abundado.

El presidente de ASAJA, Pedro Barato, ha mostrado su preocupación por el conflicto dado que puede afectar «muy negativamente» al sector agroalimentario español, dependiente especialmente del maíz y del aceite de girasol y también por otras compras como el trigo y de tortas de aceites vegetales.

Mientras, la Coordinadora de Organizaciones Agrarias y Ganaderas (COAG) sostiene que el inicio de la guerra puede empeorar «la tormenta perfecta» que ya sufre el campo español, ya que a los efectos de la sequía y la falta de lluvias se sumarán nuevas alzas de los costes de insumos.

«Consecuencias desastrosas» para la agricultura española prevé por su parte el secretario general de Relaciones de Internacionales de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), José Manuel Roche, especialmente porque pueden derivar en un fuerte alza de los precios de los cereales y de los piensos e incluso producir el desabastecimiento de abono por la falta de nitrato de amonio ruso.

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