Consciente del potencial de Castilla-La Macha para cultivos leñosos, en el año 2017 un empresario de Tomelloso junto a un grupo de amigos decidieron transformar su modelo de actividad agrícola para apostar por el cultivo tecnificado del pistacho, abriendo nuevas oportunidades para la agricultura en la zona.
Con una extensión de 280 hectáreas, la plantación de pistachos como Kerman, Sirora, Larnaka o Lost Hill, se han convertido en la principal actividad de la finca, impulsada por las condiciones óptimas de suelo y clima para este cultivo en la región.
La inversión en tecnología agrícola de vanguardia, con la colaboración de Novagric, ha sido clave en este proceso de transformación, lo que ha permitido llevar a cabo un proyecto de riego intensivo con una gestión eficiente del agua en un área con déficit hídrico.
«Nuestro objetivo era convertir esta plantación en una industria. Para ello, buscamos socios comerciales que nos proporcionaran la tecnología necesaria. Nos decidimos por Novagric por su capacidad para ofrecer soluciones integrales en programación y sistemas de riego», comenta Carlos, empresario agrícola.
La implementación de un sistema automatizado de riego, controlado por programadores y sensores de humedad del suelo, ha garantizado una gestión precisa del agua, ajustada a las necesidades nutricionales del cultivo y asegurando un crecimiento saludable de los árboles.
El éxito de esta iniciativa se refleja en los rendimientos obtenidos: El proceso de producción de pistachos se ha acelerado significativamente, recortando de diez a seis años su producción, manteniendo altos estándares de calidad.
Así, el pistacho, un árbol de crecimiento lento, ha encontrado un nuevo entorno propicio para su desarrollo con este cultivo tecnificado. Este caso demuestra el potencial de la tecnología agrícola en la agricultura española, abriendo nuevas perspectivas y oportunidades para los agricultores en la producción de cultivos alternativos.
Yo los he visto en el Tomelloso. Sin regadío eso no se consigue.