Panishop busca afianzarse en esta última gama, donde a su juicio prima "el placer, el sabor, el aroma, la nutrición y la posibilidad de comer un pan con un contenido bajo en alérgenos, que no contiene aditivos".

    "Hay una demanda cada vez mayor hacia este tipo de panes, que no es una tendencia exclusiva del pan, sino de casi todos los alimentos", ha destacado Pastor, quien revela que los panes "slow baking" copan un 15 % de las ventas de las panaderías de la empresa, que en 2012 fueron de 8 millones de euros.

    Panishop comercializó en 2012 más de 500.000 unidades de pan y mantiene sus ventas a pesar de la caída generalizada del consumo, ha asegurado Pastor.

    "Los panaderos hemos perdido mercados que han sido históricamente nuestros; en concreto, el desayuno y la merienda, donde han llegado productos, sobre todo del mundo de los cereales, que han ido mermando el consumo de pan. Si queremos recuperarlos tenemos que especializarnos y ser competitivos en valores nutricionales y texturas", ha añadido.

    En este sentido, ha afirmado que la panadería "tiene que convencer a las amas de casa de que sus productos son igual de buenos o mejores que los que hay en el mercado y hay mucho por hacer y mejorar".

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