Ahora, este trabajo científico realizado por investigadores del programa Ingenio-Consolider de Alimentos Funcionales del departamento de Nutrición y Bromatología de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Barcelona, pone de manifiesto que las personas que consumen pan a diario presentan unos parámetros clínicos más saludables desde el punto de vista cardiovascular en comparación a las que no consumen pan o no lo hacen de forma regular.
Beatriz Navia, nutricionista y portavoz científica de la campaña ‘Pan cada día’, afirma que son diversos los estudios que han encontrado una relación directa entre consumo de cereales integrales y reducción del riesgo de padecer enfermedad cardiovascular y diabetes mellitus de tipo 2.
Aunque aún no han sido completamente dilucidados los mecanismos por los cuales estos alimentos confieren protección frente al riesgo de padecer estas enfermedades, la reducción de la ingesta energética, así como efectos directos sobre la resistencia a la insulina han sido señalados como algunos de ellos.
Los cereales integrales son una fuente importantte de fibra
Se sabe que los cereales integrales constituyen una fuente importante de fibra, magnesio, así como de otros nutrientes y numerosos fitoquímicos (polifenoles, lignanos, etc.). La fibra puede actuar de forma protectora al hacer más lenta la absorción y digestión de los hidratos de carbono. Por otra parte, la deficiencia de magnesio, nutriente presente en una cantidad importante en estos alimentos, se ha relacionado con un aumento del riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, pero además se ha comprobado que, este mineral ejerce efectos beneficiosos en el metabolismo de los hidratos de carbono y en la sensibilidad a la insulina y de hecho, son múltiples los estudios que han encontrado asociación entre mayores ingestas de magnesio y reducción del riesgo de padecer diabetes tipo 2.
Además, el consumo de cereales integrales también se ha asociado con un menor índice de masa corporal, circunferencia de cintura y una menor adiposidad abdominal, lo cual sugiere que el consumo de estos alimentos de forma habitual puede jugar un papel importante en la mejora de las anormalidades metabólicas relacionadas con el desarrollo de diabetes de tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.
De hecho, estos alimentos provocan una mayor saciedad, y, si se consumen de forma regular, parecen ayudar a reducir el peso corporal, mejorando la sensibilidad a la insulina, la presión arterial, el metabolismo lipídico y la inflamación, con beneficios globales sobre el riesgo cardiovascular.
Desde hace años se sabe que la Dieta Mediterránea es un modelo de alimentación saludable asociado con la prevención de enfermedades cardiovasculares. Entre otros, el estudio PREDIMED lleva desde 2003 analizando la importancia de esta dieta en una población de edad avanzada con alto riesgo cardiovascular.
Resultados sobre el colesterol
Tras analizar los datos extraídos en la investigación, los autores del estudio observaron que las personas que consumen pan a diario muestran un perfil lipídico más saludable que los no consumidores o los consumidores esporádicos. Los datos reflejaron una menor concentración plasmática de c-LDL, conocido popularmente como “colesterol malo” y más c-HDL o “colesterol bueno” entre los consumidores diarios de pan, tanto blanco como integral, en comparación con los otros grupos.
El consumo de pan integral parece particularmente conveniente. Los consumidores habituales de pan integral presentaron una concentración de insulina en sangre significativamente menor que los individuos no consumidores de pan sin que eso se asociara a unos mayores niveles de glucosa en sangre, lo que indica un buen funcionamiento de esta hormona.
Entre los consumidores de pan blanco estas observaciones no se aprecian con tanta rotundidad, aunque sí se ve una tendencia hacia niveles inferiores en la concentración de insulina y en los índices que miden la resistencia a esta hormona en comparación a los no consumidores.
Estos resultados están en concordancia con otras investigaciones que demuestran que el consumo de fibra, especialmente aquella que procede de la ingesta de cereales integrales, puede desempeñar un efecto protector frente al desarrollo de resistencia a la insulina y también se asocia a un menor riesgo de enfermedad cardiovascular.
Esta asociación inversa entre consumo de pan integral y menor riesgo de desarrollar resistencia a la insulina y Diabetes Mellitus también podría estar relacionada con la ingesta de magnesio, un nutriente que se encuentra en la cáscara externa de los cereales. Además, hay que tener en cuenta que la ingesta de cereales integrales se asocia con el mantenimiento de un correcto estado ponderal. El exceso de peso, y más particularmente el exceso de grasa abdominal, constituye un importante factor de riesgo para el desarrollo de diabetes y enfermedad cardiovascular.
Beatriz Navia concluye alegando que incluir cereales integrales de forma regular en nuestra dieta puede aportar múltiples beneficios a nuestra salud, ya que los estudios han evidenciado que no sólo reducen el riesgo de padecer diabetes de tipo 2 y enfermedades cardiovasculares, sino también diversos tipos de cáncer, por lo que se debería fomentar el consumo de estos alimentos, siempre dentro del contexto de una alimentación variada y equilibrada.