El Consorcio de Compensación de Seguros (CCS) indemnizará los daños causados por las 15 tempestades ciclónicas atípicas (TCA) que azotaron distintas zonas de España entre los meses de junio y septiembre pasados, cuya cuantía aún no se ha calculado. Asimismo, estudia cómo definir y si incluirlo al temporal Kirk.
En una nota, el organismo explica que los datos aportados por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet ), según lo previsto en la legislación del seguro de riesgos extraordinarios, permiten constatar que diez de los quince TCA citados pertenecen a la modalidad de viento extraordinario y los otros cinco a la de tornado.
Asimismo, el CCS está en proceso de definir el ámbito geográfico de un episodio de TCA ocurrido entre el 6 y el 9 de octubre, sobre todo en el norte de la Península.
LOS ASEGURADOS QUE HAYAN SUFRIDO DAÑOS DEBEN COMUNICARLOS A SU ASEGURADORA PARA QUE SEAN ABONADOS Y, LUEGO, EL CONSORCIO SE LOS REEMBOLSARÁ A ESTAS
En cualquier caso, argumenta, la escasa afectación generada por estos episodios de tempestades ciclónicas atípicas no requiere aplicar el convenio de colaboración sobre gestión de siniestros y de reembolsos derivados de los mismos firmado en 2011 por las aseguradoras, representadas por Unespa, y el CCS.
En consecuencia, los asegurados que hayan sufrido daños deberán comunicarlos a su aseguradora para que sean abonados y, posteriormente, el Consorcio se los reembolsará a estas.
El organismo dispondrá «próximamente» de toda la información necesaria para determinar los términos municipales afectados por dichos episodios, así como el número de siniestros y su coste y para acordar si procede o no aplicar el citado convenio de colaboración.
En su momento, el CCS comunicará a la patronal aseguradora Unespa el alcance de dichas TCA y publicará la correspondiente nota informativa en su página web.
El Consorcio es una entidad público-privada que depende del Ministerio de Economía, a través de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones, y funciona como una especie de fondo de garantía asegurador para determinados siniestros que no cubren las aseguradoras, no sólo climáticos, sino también políticos o sociales.
Las propias compañías se encargan de alimentar las arcas del CCS a través de una cantidad o recargo que se cobra al asegurado, que ronda el 0,15 % de la prima que paguen y que remiten al organismo para que pueda hacerse cargo de indemnizar los daños en caso de siniestro catastrófico.
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