La institución jerezana señala en su nota que pese a que los últimos años han sido "tremendamente complicados", el brandy de Jerez "sigue siendo la bebida espirituosa de más prestigio y proyección internacional de cuantas se elaboran en España", y la prueba está tanto en el elevado número de países a los que se exporta, "casi setenta", como en el "ligero crecimiento" el último año de las categorías reserva y gran reserva.
Una caída en la gama de solera
"La significativa caída de volumen" se concentra, por tanto, en el segmento solera, prosigue el Consejo en su nota, en la que expone las causas de este descenso "sin caer en conclusiones simplistas".
En primer lugar, la institución alude a "los cambios de hábitos de consumo y a las nuevas tendencias" a las que "desde hace más de treinta años se ha enfrentado nuestro producto en España" y que "han condicionado su evolución". En este sentido, en la nota se alude al mayor impacto sobre las ventas de brandy en el mercado nacional que sobre cualquier otra bebida de la desaparición de momentos de consumo claves para el brandy como la copa de primera hora de la mañana o la de después de comer.
Para hacer frente a este "fenómeno", el Consejo indica que el sector ha seguido una doble estrategia: volcarse en los mercados de exportación, tanto los tradicionales como Alemania y México, como en otros "desarrollados casi desde la nada" como Filipinas; y, de otro lado, "tratando de cambiar la percepción de los consumidores nacionales respecto al brandy y proponiendo nuevas formas de consumo".
Pérdida de ayudas a la destilación y costes más caros en su elaboración
Sin embargo, prosigue la nota, "en este segundo objetivo, el brandy cuenta con una clara desventaja respecto de otros destilados: es caro de elaborar". La diferencia en el coste de elaboración radica básicamente en "el alto precio de su materia prima, el vino", que según apunta el Consejo es del orden de un 300% más cara que el cereal, las melazas o la patata empleadas en el whisky, el ron o la ginebra. Del mayor coste de la materia prima resulta un margen de beneficio "mucho más exiguo que el que tienen otras bebidas con las que se compite y, por tanto, unas menores disponibilidades para la reinversión en promoción, tan importante para poder comercializar adecuadamente este tipo de productos".
La supresión de las ayudas europeas a la destilación para uso de boca, sin las que "el costo de la materia prima se ha multiplicado por cuatro en tan sólo tres años", es otro de los factores que explican la caída, señala el Consejo en su comunicado, en el que significa que este mecanismo "sin cerrar la brecha existente entre el coste de los destilados de vino y el de los otros alcoholes que usan nuestros competidores, si permitía que la diferencia fuera algo menor".
El Consejo, por último, subraya la coincidencia del cambio de normativa -la modificación de la Organización Común de Mercado del Vino- con una serie de cosechas de vino particularmente cortas, tanto en España como en el resto de países productores, lo que ha agravado aún más el diferencial de costes del brandy respecto del whisky, la ginebra o el ron".