En concreto, tras la reunión de este jueves día 26 en el la que el Consejo Nacional del Agua ha dado su informe favorable a los Planes del Tajo y del Júcar (que se suma al informe favorable obtenido por el Plan del Ebro en el anterior Consejo), sólo restaría la aprobación definitiva de estos planes por parte del Consejo de Ministros y terminar de tramitar los planes hidrológicos del Júcar y de las islas Canarias (estos últimos de competencia autonómica) para culminar la planificación hidrológica de todas las cuencas de España tras “el intenso trabajo desarrollado desde 2012 para superar el retraso acumulado”, ha señalado el ministro.
En este punto, el ministro ha recordado que, aunque la Directiva Marco del Agua de la Unión Europea fijaba en 2009 el plazo para terminar la planificación de las demarcaciones, a comienzos de 2012 el actual Gobierno sólo se encontró con un plan de cuenca aprobado (distrito fluvial de Cataluña). Este retraso puede suponer sanciones por parte de la UE a pesar de que “en poco más de dos años estamos haciendo lo que no fue capaz de hacer en ocho años el Gobierno anterior”, ha afirmado Arias Cañete.
Tras la aprobación de todos los planes de cuenca, el objetivo del Gobierno es abordar un gran Pacto Nacional del Agua que garantice un suministro en cantidad y calidad suficientes y de una manera integral y solidaria en toda España. Resultado de este pacto será la propuesta de un nuevo Plan Hidrológico Nacional que contemple los acuerdos que figuran en este documento y materialice sus objetivos.
Muchas mejoras en el Plan del Tajo
Arias Cañete ha explicado que son muchas las mejoras que introduce el borrador del Plan Hidrológico del Tajo en relación con el Plan actualmente en vigor, ya que establece “un nuevo marco normativo en la gestión del agua que equilibra la satisfacción de los usos y demandas, actuales y futuras, con la protección y mejora del estado de todas las masas de agua de la cuenca del Tajo, tal y como exige la Directiva Marco del Agua”.
Así, contempla una serie de medidas para asegurar los abastecimientos urbano-industriales de la cuenca y se marca como objetivo que el 92% de las masas de agua de la demarcación alcancen el buen estado ecológico en 2027.
En concreto, el Plan contempla unas inversiones de más de 6.100 millones de euros hasta 2027 a financiar por todas las administraciones. Estas inversiones están dirigidas al cumplimiento de los objetivos ambientales mediante actuaciones de saneamiento y depuración de las aguas residuales urbanas y a la satisfacción de las demandas, con acciones preferentemente orientadas a la construcción de nuevas infraestructuras de regulación y la mejora en la atención de los regadíos.
El Plan del Segura define claramente los caudales ecológicos
Por lo que respecta al Plan del Segura, el ministro ha valorado que el Plan define un régimen de caudales ecológicos basado en métodos eco-hidráulicos que contribuirán a mejorar el estado de las 85 masas de agua superficial naturales que define el plan así como las 63 masas de agua subterránea.
Además, aboga por compatibilizar los intereses del sector agrícola con la protección y recuperación de los valores medioambientales de la cuenca y por mantener el regadío existente en la cuenca del Segura por su alto valor social y económico.
A juicio de Arias Cañete, “este nuevo proceso de planificación armoniza los planteamientos y necesidades de la cuenca del Segura, como receptora, y de la cuenca del Tajo, como cedente, a través de la garantía de permanencia del trasvase Tajo-Segura gracias al acuerdo alcanzado entre las cinco comunidades autónomas implicadas”.
El Plan Hidrológico del Segura contempla unas inversiones de cerca de 3.600 millones de euros hasta 2027 y a financiar por todas las administraciones, para alcanzar los objetivos propuestos en el Programa de medidas.