MARM.-En sus intervenciones en el Consejo, Eduardo Tamarit ha incidido en la necesidad de aplicación de la ATE 2020 con perspectiva ecológica y bio-regional, y la importancia de un desarrollo territorial policéntrico y compacto

Una de las principales innovaciones de la ATE 2020 es el enfoque basado en las características propias de cada lugar, como potencial de desarrollo endógeno, a partir del cual impulsar procesos de cohesión territorial en las tres escalas: local, regional y nacional

El Secretario General de Medio Rural del MARM, Eduardo Tamarit, ha encabezado la delegación española que ha participado en el Consejo Informal de Autoridades Nacionales responsables de Desarrollo Territorial, celebrado en Gödöllö, Hungría, como cierre de la Presidencia Húngara del Consejo de la Unión Europea, en la que, previo debate por las Autoridades, se ha aprobado la Agenda Territorial Europea 2020 (ATE 2020).

La ATE 2020 se configura como el principal instrumento orientador de la política territorial de la Unión Europea. Constituye la expresión concreta de un amplio acuerdo intergubernamental europeo en materia de cohesión territorial, con el respaldo del Comité de las Regiones, y la sintonía de la Comisión Europea.

Para el cumplimiento de las metas que se fija la ATE 2020, una de las principales innovaciones es el enfoque basado en las características propias de cada lugar, como potencial de desarrollo endógeno, a partir del cual impulsar procesos de cohesión territorial en las tres escalas: local, regional y nacional; y al mismo tiempo hacer frente a los impactos, geográficamente diversos, del cambio global. La diversidad y el alto valor de los paisajes europeos aparecen como elementos desatacados en este sentido.

En esta línea, y durante sus intervenciones en el Consejo, el Secretario General de Medio Rural, ha reconocido los logros de las etapas anteriores de la ATE al hacer de los aspectos territoriales una clave del ser europeo, resaltando la idea de una ciudadanía más implicada y participativa a través de los aspectos territoriales a la luz del Tratado de Lisboa.

También ha incidido Eduardo Tamarit en algunos aspectos considerados prioritarios, tales como la necesidad de aplicación de la ATE 2020 con perspectiva ecológica y bio-regional, y en particular con atención a las políticas del agua en el caso de países mediterráneos; así como la necesidad de un desarrollo territorial policéntrico y compacto que minimice los efectos negativos del llamado “urban sprawl”, o expansión urbana no planificada.

Cara al futuro, el Secretario General ha subrayado la necesidad de trabajar en la definición detallada del marco para acciones futuras concretas en Estados altamente descentralizados como España, a través de mecanismos específicos de gobernanza, similares a los derivados de la ley española de Desarrollo Sostenible del Medio Rural, y con capacidad de colaboración constructiva con la cuenca mediterránea, incluyendo el norte de África.

La ATE 2020 trabajará en dos direcciones complementarias: la de fortalecer la dimensión territorial de las políticas de cohesión, y la de coordinar las políticas sectoriales que actúan sobre un mismo sobre territorio. Para ello, la ATE 2020 insta a la sociedad, y a los tomadores de decisiones en cada nivel territorial, a participar activamente en el diseño y puesta en marcha de mecanismos específicos de aplicación de los principios de la Agenda Territorial Europea 2020 en cada ámbito territorial determinado.

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